Damas y caballeros del crimen de diferente ralea
⁄ Recuperaciones, como las historias detectivescas de Pardo Bazán, y debuts sonados como el de Nita Prose
Una frase que ahora suena de otra época: “Las damas primero”. Aunque ni una de estas autoras y protagonistas necesitan de tal galantería. Ni los caballeros que, a continuación,formanpartedeestaselección de intrigas de este y otros tiempos.
Por ejemplo, La camarera (Duomo), de la canadiense Nita Prose, es una chica auténtica y rara, que se gana la vida limpiando en un Gran Hotel. Su mirada es estratégica, más cuando encuentra un cadáver. Y ya que hablamos de lenguaje perdido, tiene toda la razón al respecto Alicia Giménez Bartlett en su prólogo a La gota de sangre (Siruela), una de las dos novelas en las que Emilia Pardo Bazán se lanzó al enigma a lo Connan Doyle, con este joven de apellido Selva que, al final de esta entrega, acabará en Inglaterra perfeccionándose como detective. El libro es un encantador y fresco enigma de tipo que se pasea por ese Madrid señorial hasta que alguien le coloca una oscura prueba. Conviene recordar la edición de José María Paz Gago, con la segunda parte: Los misterios de Selva (Ézaro)
De aquel principio de siglo a hoy, esta nueva dama: a la inteligente Sofía Amorretti la seguimos en su nueva vida en la costa cantábrica. Notable esa Playa Soledad (Espasa) adonde va, tras romper con su próspera carrera de ingeniera de telecomunicaciones, y perseguida por un fantasma: el de su padre. Notable debut, fina ironía, personajes especiales. Melania Sebastián es también autora teatral. En cuanto a La dama / La dama de Reykjavíc (Seix Barral / Columna) creada por Ragnar Jónasson, se llama Hulda y su jefe ha decidido jubilarla del cuerpo policial de Reikiavik. Pero ella –sombría, impredecible– no se rinde. Ya verán lo que hace.
Arantza Portabales es una excelente narradora. El hombre que mató a Antía Morgade (Lumen) discurre en dos tiempos. El de un grupo de niños de acogida, y el del dramático (y criminal) reencuentro de esos niños hoy adultos, que han vivido –y luchado– como han podido. Y qué decir de la gran Louise Penny, con su inspector Gamache en una fiesta de disfraces en el pueblo escondido, el inagotable Three Pines. Todos allí, y muy cerca un tipo vestido de negro, en Casas de cristal (Salamandra). Y no me iré de este mundo de damas sin hablar de mi adorada, embustera, auténtica e impulsiva Agatha Raisin, que en esta Agatha Raisin y la boda sangrienta (Salamandra) empieza pasándola realmente mal, cuando todo en su vida debería ser felicidad. M.C. Beaton le ha tendido una formidable trampa.
Hay historias que hipnotizan. El drama personal del inspector Milo Malart, creación de Aro Sáinz de la Maza, ha sido germen de su genialidad. La vemos en su mejor forma en Malart (Destino), con dos cadáveres en el mar, la sagacidad del investigador (¡ay, ese crimen con pelota de baloncesto!) y el desconcierto de sus compañeros. Y, hablando de investigadores, Ricardo Blanco, creación de José Luis Correa, regresa en su entrega número trece. El autor canario, de personal estilo, obliga a su investigador a algo muy difícil, en esa, La estación enjaulada
(Alba), con un cuerpo que aparece flotando en la costa. Y a continuación, a pegarse a la silla: sólo leer el nombre de
Harlan Coben en la portada, pienso en la tremebunda astucia del creador de Myron Bolitar, en sus acrobacias, también en cine y televisión. Solo hay un ganador (RBA) nos presenta a un personaje millonario, una trama alrededor de unos cuadros robados y un Vermeer en un ático de Manhattan. Siempre caigo en las redes de este autor.
No solo a los investigadores les persiguen viejos crímenes. El periodista Mariano Sánchez Soler carga con Una hojarasca de cadáveres (Alrevés) con el asesinato de Yolanda Sánchez Martín, activista de izquierda, en 1980, , entre otros casos que forman parte de la historia de España. Y los también periodistas Enrique Figueredo y Pere Cullell presentan en Mala gente (Destino) un recorrido por doce casos reales, de la más negra España: Puerto Hurraco, El Dioni .... En Sense càstig (La Campana) Tura Soler y Jordi Grau regresan a diez asuntos criminales no resueltos.
Volvemos a la ficción: Massimo Carlotto impresiona con Otro invierno llegará / Vindrà un altre hivern (Alrevés / Crims.cat), una claustrofóbica historia de personajes con secretos y faltas. Y en
Crims.cat dos historias que no deben pasarse por alto. La cuarta chica por la izquierda / La quarta noia per l’esquerra (Alrevés / Crims.cat), de Andreu Martin, que recrea la Barcelona a principios de siglo XX. Como Josep Sala i Cullell vuelve a la calle Escudellers, donde una jovencita cayó desde lo alto de su edificio. La mort misteriosa de Dolors Bernabeu (Pòrtic) trata ese suceso real, de 1925. Pero no todo es pasado. Toni Aira crea una historia detectivesca, con humor y pesadillas, con política actual y con elecciones aquí a la vuelta: Cos a terra
(La Campana).
Brindo por la recuperación de la primera novela de la serie Morse, de uno de los más inteligentes autores del policial,
Colin Dexter. Para quienes no lo saben, la serie televisiva Endeavour retrata la juventud de este inspector de Oxford, impertinente, culto y solitario. Último autobús a Woodstock (Siruela) comienza con el crimen de una joven, con Morse de malas pulgas, y recordándonos que el sargento Lewis es historiador de arte.
⁄ Norteamericanos, nórdicos, latinoamericanos y mediterráneos, todas las nacionalidades del ‘noir’
⁄ Crímenes reales, investigaciones periodísticas y tramas con fuerte trasfondo de crítica social
⁄ Investigadoras refinadas, policías fuera de servicio, agentes muy enfermos y viejos conocidos de los lectores
El reciente premio Pepe Carvalho, Leonardo Padura, pone a su investigador Mario Conde entre Personas decentes (Tusquets). De la ironía del título a la potencia de una narración que investiga distintas líneas del pasado y presente de Cuba. La muerte de un ex dirigente, de la línea más dura de la revolución, la visita de Obama... En ese pueblo de Galicia nadie es indiferente al apellido Leal. El de ese inspector de policía de Barcelona, muy enfermo, que allí regresa y parece atraer la muerte. Nadie en esta tierra (Destino ) de Víctor del Árbol se lee sin respiro. Y cuidado con el sevillano Juan Ramón Biedma, que ha transitado distintos registros del género. Esta vez se vuelca en una intriga en busca de una obra de arte, en su misma ciudad en 1936. Crisanta (Alianza) es un gran trabajo –un thriller histórico– de este premiado autor.
Pesos pesados del thriller: turbio, oscuro, absorbente. No hay novela de Donato Carrisi de la que el lector pueda escapar. El hombre del laberinto (Duomo) empieza con la reaparición de una niña –hoy adulta– desaparecida hace años. Y qué decir de Jo Nesbo, que en Eclipse / Eclipsi (Reservoir Books / Proa) pone contra las cuerdas a Harry Hole, que busca su nueva vida en Los Ángeles. Pero en Oslo hay un millonario que da fiestas con chicas, y algo ocurre con algunas de ellas. El danés Steffen Jacobsen consigue con La cacería (Roca) una mezcla de estupor y curiosidad. Un viejo asunto, la grabación de una cacería humana, y al mismo tiempo un suicidio en Copenhague.
Y este libro que no debe pasarse por alto. Empieza con una trans atada a la silla, cautiva de un grupo de energúmenos, en algún rincón de esta civilizada Barcelona. Youseff El Maimouni cuenta su historia, su travesía y la de sus amigos. Novela social en el mejor, y feroz , sentido, Nadie salva a las rosas (Roca) impresiona como radiografía de esta ciudad de menas, de marginales y de gente de voluntad, y por la verdad que emanan sus personajes. /