De lo que humaniza a lo que nos polariza
¿Quieren tener las claves para llegar a su culminación como seres humanos? Eudald Carbonell, en El porvenir de la humanidad (RBA), ofrece diez ítems para ver que estamos en un momento crucial de la evolución. Y si deseamos ahondar en lo espiritual, Jordi Corominas , en Entre los dioses y la nada / Entre els deus i el no res (Fragmenta), contesta a preguntas trascendentales como: ¿es posible vivir sin creer en nada? Entender el presente y prepararnos para el futuro. Sobre ese reto nos puede ayudar Josep Santacreu, que en ¡Plántate! Crisis climática, bosques y salud humana / Planta’t!: Crisi climàtica, boscos i salut humana (Plataforma) nos insta a encarar la emergencia climática. Un buen complemento a esto sería Les hores noves (Anagrama), de Julià Guillamon, sobre la gente del campo. Viviendo en armonía con la naturaleza quizá logremos Una buena vida / Una bona vida (Planeta / Columna), donde Robert Waldinger y Marc Schulz estudian lo que nos hace felices.
Esa sensación de dicha puede descansar en cómo nos rodeamos. Charles Pepin ,en Encontrarse (Siruela), investiga el modo en que los demás influyen en nosotros. En este sentido, en El eclipse de la atención (NED) Amador FernándezSavater y Oier Etxebarria analizan la disminución de la capacidad de concentración. Algo de esa pérdida debemos atribuirlo a las pantallas. Byung-Chul Han, en No-cosas / No-coses (Taurus / La Magrana), ha señalado el modo en que los medios digitales sustituyen a la memoria.
La atención implica conocer realidades complejas: como la de Yasmine Mohammed,queen Sin velo / La dona sense vel (Libros del Zorzal / Saldonar) cuenta cómo se es mujer en una comunidad musulmana. Paul B. Preciado ,en Dysphoria mundi (Anagrama), defiende que la disforia es una nueva forma de vida. Y Angela Davis,en Mujeres, raza y clase / Dones, raça i classe (Akal / Tigre de Paper), demuestra cómo la sociedad puede organizarse para reclamar sus derechos.
En fin, casi todo se reduce a lo político y las decisiones que conlleva. También ante catástrofes que hay que prevenir o mitigar. De ahí que Francisco Revuelta y José Calvo Poyato,en Aprender y no olvidar. Reflexiones acerca de los desastres (Tecnos), hayan aportado una serie de reflexiones al respecto. Estar preparado para la fatalidad es una virtud de todo buen líder. Lo sabe Henry Kissinger, que publica Liderazgo. Seis estudios sobre estrategia mundial (Debate), donde examina cómo encararon altos desafíos algunos políticos cuyas decisiones condujeron a un nuevo orden internacional.
Y hablando de líderes, citemos al protagonista de Vaticangate (Pòrtic / Roca), de Vicenç Lozano; este desvela los entresijos de una conspiración conjunta entre el sector conservador de la Iglesia y la ultraderecha contra el papa Francisco.El complot en el poder (Sexto Piso), de Donatella Di Cesare, identifica el complotismo como uno de los síntomas de una sociedad democrática despolitizada. Echemos un vistazo a Antes de la tormenta. Los orígenes de las ideas radicales (Crítica), de Gal Beckerman. ¿Por qué algunas ideas radicales pasan a la historia y otras fracasan?, se pregunta el autor en él, en torno al concepto de libertad.
Precisamente, Daniel Innerarity ,en
La libertad democrática (Galaxia Gutenberg), observa qué ha ocurrido para que la libertad se haya convertido en un eslogan para ciertos políticos. Y Maggie Nelson , en Sobre la libertad / Sobre la llibertat (Anagrama) / L’Altra), sugiere un replanteamiento de este concepto desde la óptica de diversas cuestiones del momento. ¿Pero somos libres, sometidos a las nuevas tecnologías? Jordi Pigem lo estudia en Tècnica i totalitarisme / Técnica y totalitarismo (Fragmenta). Vernos reducidos a datos y algoritmos bien nos podría llevar al título del libro de Jordi Graupera La perplexitat (Destino),
donde cuenta su experiencia de vivir en Nueva York y contemplar su política.
No nos marchemos de Norteamérica, pues así conoceremos lo que Josep M. Colomer dice en La polarización política en Estados Unidos (Debate). Según él, la existencia de solo dos partidos crea incentivos perversos . Allí hay algunos de los megarricos de los que habla Riccardo Stagliano en Gigacapitalistas (Altamarea), en torno a cómo detener la carrera hacia los nuevos tipos de monopolios por parte de este puñado de plutócratas.
No encontramos así las cosas en Tierra quemada. Hacia un mundo poscapitalista (Ariel), según Jonathan Crary,
en una sociedad llena de plástico y frente a una naturaleza devastada. También en
Poscrecimiento / Postcreixement (NED / Arcadia) Tim Jackson alerta sobre el consumo desbocado y que tal cosa no es sinónimo de progreso. Y, sin embargo, ¿quién decide lo que consideramos verdadero?, se pregunta Rebecca Solnit en ¿De quién es esta historia? (Lumen).
Para ella los poderosos intentan seguir con sus antiguos privilegios y las voces minoritarias quedan al margen. David Mamet, por su parte, en Himno de retirada. La muerte de la libertad de expresión y por qué nos saldrá cara (Deusto), habla de lo pobre que es la cultura woke.
Frente a todo ello, no nos irá mal detenernos a pensar cómo somos por dentro y acudir a la ciencia: en Un mundo extraño (Debate), Isabel Güell explora las enfermedades neurológicas y la memoria. Tal vez saber cómo es todo ello nos ayude, en definitiva,aconsolidarlarazahumana. /
⁄ La crisis climática y sus ya evidentes efectos son una de las cuestiones más tratadas en estas publicaciones
⁄ Los totalitarismos, los radicalismos, la evolución del capitalismo, la política vuelve con fuerza a las estanterías