Las muchas maneras de leer el cine
⁄ Directores que escriben, algunos relatos, otros sus memorias, o sobre cine a partir de sus películas fetiche
⁄ Cine y cómic, Picasso cinematográfico, documentales políticos, ensayos sorprendentes y crítica diversa...
Del cine, que es en esencia imagen, se escribe también mucho, y muy diverso. Crítica, sobre todo, pero hay mucho más que podemos encontrar en formato libro. Entre los de reciente publicación y aptos para cazar este Sant Jordi destaca por ejemplo El último sueño (Reservoir Books), que si bien es un libro de relatos tiene mucho que ver con lo cinematográfico, pues su autor no es otro que Pedro Almodóvar. Relatos, sí, pero que como el director manchego se encarga de reconocer son “lo más parecido a una autobiografía” que ha escrito nunca. Una mezcla de recuerdos y de fabulaciones; textos escritos a lo largo de varias décadas que en algunos casos han hallado reflejo en alguna de sus películas y, en otros, tal vez siguen esperando una oportunidad. En cualquier caso, reconocibles en el universo almodovariano.
El mundo de los directores da pues para mucho, más allá de sus películas, pues son al fin y al cabo artistas, creadores. Por eso es interesante también Un brindis per Sant Martirià / Un brindis por San Martiriano (H&O), de Albert Serra, un breve volumen que recoge el texto pronunciado por el cineasta en el pregón de las fiestas de Banyoles, la pequeña localidad del Pla de l’Estany donde nació. Serra, paradigma del director venerado por la crítica e ignorado por el público mayoritario, aprovecha el pregón para desvelarnos algunas de las ideas que guían su cine –y su vida– y así, de paso, entender, y disfrutar, mejor sus películas. Y descubrir como desde lo local –Banyoles– se alcanza lo universal, a través de lo lúdico, de la realidad y la ficción y, también, del caos.
Si Almodóvar se explica a través de sus relatos y Serra desde un pregón de fiesta mayor, Quentin Tarantino lo hace con una mezcla de memorias, crítica cinematográfica e historia del cine. Algo así es su libro Meditaciones de cine / Reflexions sobre cinema (Reservoir Books / Columna). Los seguidores del director de Pulp fiction podrán ahondar aquí en aquel cine que el autor más ama y que se encuentra, más o menos al descubierto, en los títulos tarantinianos. Películas que el cineasta vio de adolescente allá por los años setenta del pasado siglo y que dejaron huella en él, películas a menudo tan violentas –o más– como su propio cine.
Pero el cine es por fortuna muy diverso y hay en su historia títulos como Sillas de montar calientes, El jovencito Frankenstein o La loca historia del mundo, películas todas ellas que llevan la firma de Mel Brooks, uno de los reyes de la comedia hollywoodiense que ya nonagenario publica ahora sus memorias ¡Todo sobre mí! (Libros del Kultrum), un repaso no exento de humor –¡cómo no!– a su vida que subtitula Mis memorables gestas en el universo mundo del espectáculo.
Y de la (auto)biografía al ensayo puro y duro con un muy interesante Cine y cómic (Cátedra) que firma el estudioso valenciano Jordi Revert. Una profundización en cómo los dos grandes lenguajes visuales del siglo XX han cruzado sus caminos de forma fructífera en una historia que alcanza altas cotas en el nuevo siglo a través de la digitalización. Y en su colección Signo e Imagen, Cátedra cultiva también los títulos dedicados a cineastas entre cuyos volúmenes recientes se pueden encontrar los dedicados a Basilio Martín Patino (por Javier Tolentino )ya Richard Fleischer (por José Abad). También dedicados a directores, Amenábar. El valor de contar historias de Pau Gómez y Christopher Nolan , de Ian Nathan, ambos en Libros Cúpula ;yen formato cómic, Chaplin. Príncipe de Hollywood (Desfiladero Ediciones )de David François y Laurent Seksik.
Más ensayo. Muy sugerente es el libro de José Luis Sánchez Noriega, La pantalla plateada (Eolas & menoslobos), poético título que esconde un Ensayo sobre los espejos en el cine, indagación sobre significados y simbolismos de la aparición en las pantallas de esos cristales que nos reflejan, a menudo creadores de imágenes inquietantes. Por su parte, el cineasta Luis Revenga
–guionista, director, productor...– rememora en Filming Picasso (Alianza) el rodaje del documental Picasso que él mismo realizó en el centenario del nacimiento del pintor (1981). Dos formas –la película y el libro– de intentar desvelar algunas de las caras del artista malagueño. Y para los seguidores del cine documental, El cine de Peter Nestler (Punto de Vista / Caniche), dos volúmenes con textos de Schnell Nestler y Peter y Zsóka Nestler sobre el trabajo de marcado carácter político de esta pareja de documentalistas.
Y para casi acabar, un libro un tanto inclasificable, del crítico –en YouTube, en la web SensaCine...– Alejandro G. Calvo: Una película para cada año de tu vida (Temas de Hoy), explícito en su título pues repasa un centenar de filmes de lo más variado en correlación con cada uno de los años de nuestras vidas, arrancando con El árbol de la vida,
de Terrence Malick, para los 0 años.
Y para acabar, ahora sí, más relatos. Los de Richard Matheson en La dimensió desconeguda (Laertes), que recoge los escritos por el escritor y guionista para algunos capítulos de la celebrada serie The Twilight Zone. /