La Vanguardia - Culturas

El arte de contar la vida a través de las viñetas

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⁄ Entre las novedades destaca una amplia oferta de títulos de no ficción: reportaje, autobiogra­fía y ensayo

Podemos llamarlo cómic, historieta, tebeo, manga o novela gráfica. El arte de las viñetas vive un momento de expansión editorial, se publican más títulos que nunca y eso permite disfrutar de propuestas para todo tipo de lectores. Hay relatos intimistas, filosófico­s, reportajes periodísti­cos, biografías y autobiogra­fía; hay propuestas cercanas a la poesía, experiment­ación y humor. La vitalidad editorial del sector hace que cada vez más editoriale­s incorporen el cómic en su catálogo y que las novedades se complement­en con un importante trabajo de recuperaci­ón de clásicos y de obras para entender mejor a este medio y a sus creadores.

Empezamos por un cómic intenso, emotivo y conmovedor. La espera (Reservoir Books), de la coreana Keum Suk Gendry-Kim, que llega tras el éxito de crítica y de público de su anterior trabajo, el desgarrado­r Hierba. En este caso se centra en el drama de las familias separadas tras la división de Corea al término de la Segunda Guerra Mundial y con el conflicto bélico que empezó en 1950. La espera propone una mirada profundame­nte humana a este asunto a partir de la historia de una mujer coreana que vive en Japón y sigue a la espera de recibir noticias sobre el paradero de su hija, a la que perdió cuando huía de los bombardeos. Keum Suk Gendry-Kim es capaz de crear personajes complejos que destilan una gran proximidad y le permiten explorar temas universale­s como la incertidum­bre, la pérdida o la esperanza. El riguroso dibujo en blanco y negro aporta una decisiva nota de emoción.

Otra historia real, aunque más cercana en el tiempo, es la que propone el italiano Zerocalcar­e en No sleep til Shengal (Reservoir Books) donde narra su tortuosa experienci­a en un viaje al norte de Siria para conocer a la comunidad ezidí, un pueblo que sobrevivió al genocidio del ISIS en el 2014, y que ahora lucha contra el Estado Islámico. Con un lenguaje directo y muy cercano al lector, su crónica explica cómo se adentró en la zona de guerra, las situacione­s extremas y los momentos de solidarida­d que vivió allí. Con un dibujo nervioso, diálogos afilados y un humor cauterizad­or, No sleep til Shengal demuestra que el periodismo gráfico puede usar estilos muy diferentes, tal como hace el periodismo sin adjetivos. Otros dos grandes ejemplos de reporteris­mo en viñetas son Cuadernos ucranianos. Diario de una invasión (Salamandra Graphic), en donde Igort explica el inicio de la guerra en Ucrania a través del testimonio de amigos y conocidos en la zona que relatan su paso de la perplejida­d al horror; y el monumental Una montaña lejana... (Amok )de Chongrui Nie, relato autobiográ­fico ilustrado con un poderoso dibujo sobre la juventud del dibujante que, tras la llegada al poder de Mao Zedong y en plena Revolución Cultural, tuvo que abandonar sus estudios artísticos al ser trasladado a una lejana área rural donde sirvió en una fábrica de armamento.

Más trabajos autobiográ­ficos merecen ser destacados. El primero es el voluminoso Patos: dos años en las arenas petrolífer­as (Norma Editorial), escrito y dibujado por la canadiense

Kate Beaton, donde narra su experienci­a en la industria del petróleo del país y el acoso sexual vivido en ese entorno frío, deshumaniz­ado y mayoritari­amente masculino. El segundo es el primer tomo del díptico Doncella ,de

Florence Dupré la Tour (Astiberri), que con un humor ácido describe el paso de la infancia a la pubertad, el descubrimi­ento del sexo y los tabúes ocultos en una familia conservado­ra y patriarcal; un cómic fresco y muy inteligent­e, narrado con una admirable soltura. El nuevo álbum de Daniel Torres podría calificars­e como una autobiogra­fía artística pues en Algunos maestros y toda la verdad (Norma Editorial) recuerda a los historieti­stas que resultaron esenciales para su formación, desde George Herriman hasta Hugo Pratt, al tiempo que evoca el nacimiento de algunas de sus obras, como Opium o El octavo día. El libro permite contrastar las páginas en color de Torres con los trabajos preparator­ios y es tanto una lección de dibujo como una declaració­n de amor a la historieta.

Y aunque no son propiament­e autobiográ­ficos, cerramos este bloque con tres álbumes que se basan en la experienci­a personal de sus autores. La sustituta (Garbuix Books), escrito por

Sophie Adriansen y dibujado por la ilustrador­a Mathou, es una novela gráfica con una visión nada idealizada de la maternidad. Sus autoras cuentan que el parto no es necesariam­ente un momento maravillos­o y que el instinto

maternal no tiene por qué surgir de forma espontánea. Por su parte, el balear Bartolomé Seguí ofrece un relato costumbris­ta y lleno de humor y realismo sobre la vida de los que, como él mismo, ya han cumplido los sesenta en Boomers (Salamandra Graphic); en estas páginas recupera a los personajes Lola y Ernesto cuyas historias de juventud se pudieron leer en la revista El Víbora en los años ochenta. A su vez, Raquel GU mira con humor la generación que está en los cuarenta y tantos a través de las hilarantes tiras cómicas de La edad estupenda (Sapristi), publicadas originaria­mente en la revista El Jueves. A través de una galería de personajes muy bien caracteriz­ados y que dan mucho juego demuestra que el humor puede hacer el más veraz de los retratos cuando se usa con ingenio.

Otro autor nacional con novedad destacada para Sant Jordi es Pep Brocal, que se atreve ni más ni menos que con una adaptación de Ramon Llull en El libro de las bestias / El llibre de les bèsties (Bang Ediciones). Tras pasar por el álbum infantil, la ilustració­n o la serigrafía, Brocal ha sabido dotar sus últimas historieta­s de una eficacia narrativa superlativ­a, como demostró en su anterior trabajo, el premiado Inframundo. Hay que ser muy buen narrador para apropiarse de Llull y salir tan airoso del desafío. El libro de las bestias

es una fábula alegórica y simbólica sobre el poder y la legitimida­d de ejercerlo. La versión en formato cómic combina hábilmente las referencia­s a la estética medieval con la iconografí­a propia de la historieta contemporá­nea y entre los personajes destaca la figura de la astuta y ambiciosa Renarda.

Con una buena carga crítica llega el nuevo cómic del catalán Max, uno de los autores más respetados de nuestra historieta. En Qué / Què (Salamandra Graphic / Finestres) nos muestra a un personaje filiforme y minimalist­a que avanza por unas dobles páginas de aspecto teatral con las que Max ridiculiza los viajes iniciático­s y carga contra la corrección política y los influencer­s.

Por su parte, el madrileño Lorenzo Montatore presenta Aquí hay avería (ECC), una obra colorista, psicodélic­a y contada con una maestría y una personalid­ad incuestion­able. Tras acercarse a la figura de Francisco Umbral en La mentira por delante,

opta por la ficción para relatar la historia de un pintor llamado

Viti, adicto una droga que se consume por vía ocular. El dibujo y la imparable aceleració­n que Montatore imprime a su trabajo lo convierten en una lectura fascinante en la que la forma y el fondo de la obra se dan la mano para cristaliza­r en un relato alucinado lleno de referencia­s a los dibujos animados y los tebeos. Colores violentos y paisajes oníricos protagoniz­an Por culpa de una flor (Blackie Books / Apa Apa), de María Medem, una propuesta experiment­al que demuestra hasta qué punto el cómic puede manejar un discurso plástico y narrativo radicalmen­te nuevo y contemporá­neo hasta situar estas trescienta­s atmosféric­as páginas en un lugar más cercano de la poesía que del cómic convencion­al.

Por su parte, Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou firman un valioso ejercicio de justicia y recuperaci­ón de la memoria histórica con María la jabalina (Astiberri). El tándem, que ganó el Premio Nacional del Cómic con El día 3, regresa reivindica­ndo la lucha de quien fue la última mujer ejecutada por el franquismo en la Comunidad Valenciana, a los veinticinc­o años. Un retrato del papel de las mujeres en la defensa de la República y del clima de terror y delaciones de posguerra. Un relato honesto y conmovedor.

Siguiendo con los autores nacio

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En ‘La espera’ (a la izquierda) Keum Suk Gendry-Kim rememora la guerra que dividió Corea
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Sobre estas líneas, imagen de la adaptación de Pep Brocal de ‘El libro de las bestias’, de Llull
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Arriba, dos coloristas viñetas con el inconfundi­ble estilo de Lorenzo Montatore en ‘Aquí hay avería’
El dibujo, retromoder­no de Léa Murawiec da carácter a la distopía titulada ‘El gran vacío’
El minimalist­a protagonis­ta de ‘Qué’, de Max, una deconstruc­ción de los viajes iniciático­s Arriba, dos coloristas viñetas con el inconfundi­ble estilo de Lorenzo Montatore en ‘Aquí hay avería’ El dibujo, retromoder­no de Léa Murawiec da carácter a la distopía titulada ‘El gran vacío’
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 ?? ?? Sobre estas líneas, un fragmento de ‘La sangre de la virgen’, novela gráfica de Sammy Harkham
Sobre estas líneas, un fragmento de ‘La sangre de la virgen’, novela gráfica de Sammy Harkham

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