Vida más allá de la vida
Contó Platón en La República que hubo un soldado de Panfilia llamado Er que, muerto en el campo de batalla y a punto de ser incinerado, volvió a la vida doce días después de haber perecido y contó cuanto acontecía al alma después del traspaso final. Fue aquel el primer resurrecto de la historia, anterior incluso a Lázaro, y su testimonio ha pasado a encabezar la lista de enfermos que han tenido experiencias cercanas a la muerte (ECM).
Pero ha habido muchos otros que, como Er, han muerto momentáneamente y han regresado para narrar lo que hay más allá de la última frontera. De hecho, hay dos libros de corte científico que compilan estas experiencias: Conciencia más allá de la vida y El arte de morir (ambos en Atalanta). En el primero, el cardiólogo holandés Pim van Lommel
refiere testimonios de personas que, tras una muerte clínica, regresaron al mundo de los vivos para contar percepciones similares: viajes al pasado, reconstrucciones del presente e incluso anticipaciones de hechos futuros. Van Lommel descarta la anoxia como causa de estas alucinaciones y las atribuye, tirando de teorías de física cuántica, a la posibilidad de que la consciencia no viva dentro del cerebro, sino que trascienda sus límites.
El arte de morir, del matrimonio Peter y Elizabeth Fenwick, neuropsiquiatra él y psicóloga de enfermos terminales ella, también recoge una serie de ECM que, según los autores, demostrarían que el ser humano no es una criatura unidimensional y que la visión mecanicista del mundo ya no sirve para explicar nuestra complejidad.