Egiptología mágica y oculta
La editorial Atalanta publica al gran egiptólogo René ‘Aor’ Schwaller de Lubicz, químico, revolucionario, adepto y practicante del hermetismo
⁄ ‘El milagro egipcio’ no es de lectura sencilla, se dirige a iniciados o lectores ávidos de egiptología profunda
Los misterios de Egipto son insondables. Su estudio no sólo da pie a nuevos descubrimientos arqueológicos sino a interpretaciones esotéricas, a partir de la matemática de su geometría constructiva o la hermenéutica de sus antiguos textos.
Todo esto confluye en la obra del gran egiptólogo René Adolphe Schwaller de Lubicz (1887-1961), una de esas figuras polifacéticas propias del decadentismo decimonónico. Químico, revolucionario, adepto y practicante del hermetismo o antigua alquimia que bebe de Hermes Trismegisto. Su obra cumbre es El templo del hombre (1958) donde realiza un extenso estudio geométrico donde despieza el templo de Luxor, un libro de culto, escrito a lo largo de quince años de estudio de campo.
Después de vincularse a la sociedad teosófica francesa, Lubicz y su familia emigraron durante la guerra a Egipto, donde permanecieron más de una década (1939-1951). Al parecer, la visión de la tumba de Ramsés IX le supuso una revelación, al comprender la figura del faraón como la hipotenusa de un triángulo rectángulo, encarnando a su vez los poderes masculino-generador y femenino-gestante del cosmos. Desde ese momento, su estudio de la geometría sagrada fue una cuestión de vida. Mediciones y estudios in situ de distintos templos del antiguo Egipto dieron pie a todo tipo de interpretaciones que se anticipan a modernos estudios, propios de la moderna arqueoastronomía entre otras disciplinas.
El milagro egipcio no ofrece una lectura sencilla y tan solo es apto para iniciados especializados en el tema o lectores ávidos de egiptología profunda. Como es habitual, la edición de Atalanta es cuidada, con ricas notas a pie de página y al final del libro.Laprimeraparteesmásextensaypresenta una amalgama de textos inéditos, de los cuales los introductorios al estudiante del templo, resultan brillantes. El resto puede perder interés por su variedad. En cambio, la segunda parte tiene una lectura más fácil de seguir, al ordenarse en torno a la arquitectónica del templo. El libro fue compilado en 1963 como introducción asequible a El templo del hombre.
Desde su conocimiento exhaustivo de la egiptología Schwaller de Lubicz busca hacer hablar a las piedras de la antigüedad, interpretando sus significados ocultos, consciente de que la civilización mecanizada es la agonía del mundo. El autor es un acérrimo defensor del artesanado. Para él, las épocas más fructíferas, más geniales y vivas de la historia de la humanidad, han visto florecer a los artesanos.
Cada uno de los jeroglíficos egipcios posee un carácter cabalístico a interpretar no de una forma única, sino polisémica. Uno de las herramientas en las que apoyarse es la cábala hebrea y su estudio de la numerología. La mente occidental se equivoca siguiendo la lógica causa-efecto. Los egipcios eran adeptos al cese de la dualidad. Schwaller de Lubicz considera que “la inscripción del pensamiento faraónico no ha de ser leída lógicamente como nuestras escrituras. Ha de ser interpretada. La egiptología será exégesis o errará en sus fines y se quedará en lo insignificante”.
En el pensamiento faraónico, el Hombre es el Antropocosmos, un Todo.
Como dice el autor de El milagro egipcio, la egiptología puede ser un oficio de sepultureros y ladrones de tumbas o la más maravillosa fuente de saber para un mundo futuro. El problema es que desentrañar las claves de su sabiduría, parece una tarea de mentes privilegiadas. No obstante, la lectura de libros como éste puede servir para alentar nuevos enfoques, más libres y casi prohibidos.
La magia de la sabiduría perenne consiste en ver como las mismas ideas y enseñanzas se tocan. Aquí se habla de la no dualidad del vedanta, de los cinco elementos de la medicina china, del ego como centro del mundo y de los números como clave del conocimiento. El antiguo Egiptonuncadejarádeatraernos.