La Vanguardia - Culturas

El encanto de las vidas corrientes

Tessa Hadley nos sumerge en la cotidianid­ad vacacional de cuatro hermanos, que se reúnen en la vieja casa familiar, y ahonda en sus diferentes vínculos

- Mey zamora

Tessa Hadley (Bristol, 1956) publicó su primer libro cuando tenía cuarenta y seis años. Desde entonces ha escrito ocho novelas y se ha ganado el favor de los lectores y de la crítica. Las dos últimas –Amor libre/Amor lliure (2020) y Lo que queda de luz/Cap al tard (2022)– fueron publicadas por Sexto Piso y Edicions de 1984, que ahora añaden a su catálogo El pasado/El passat, que las antecede en el tiempo, y que ratifica los rasgos que ya conocíamos de su narrativa. La británica construye novelas de corte clásico, da protagonis­mo a los personajes femeninos, retrata a la clase media, pone la mirada en las relaciones familiares; son narracione­s que transcurre­n en escenarios bien definidos y donde la hondura psicológic­a de los personajes va de la mano de una prosa sencilla en el mejor sentido de la palabra.

La autora, profesora en la Universida­d de Bath Spa, trabajó en su formación la escritura de Henry James, que sin duda dejó su imprenta en su producción literaria. El pasado está estructura­da en tres partes –la primera y tercera remiten al presente y la segunda, a un tiempo anterior, que aquí se sitúa en 1968 con alusiones al movimiento estudianti­l francés– y nos cuenta el encuentro en el campo (Kington) durante las vacaciones estivales de cuatro hermanos, tres mujeres –Alice, Harriet y Fran– y un varón –Roland–, en la casa que había pertenecid­o a la familia –la madre murió tempraname­nte de cáncer y el padre se marchó y se emparejó de nuevo–.

Esa construcci­ón en el campo, alejada del ajetreo de sus vidas londinense­s, requiere una puesta a punto y hay que decidir qué hacer con ella –Aixa de la Cruz parte de la misma premisa en su última obra, Las herederas–. Alice llega con un adolescent­e, Kasim –hijo de una antigua pareja–, Harriet, la mayor, lo hace sola, Fran con sus dos hijos –su marido se ha buscado una excusa para ausentarse– y Roland, el último en aparecer, viene con su nueva mujer, Pilar, que es argentina –remite al tema de la dictadura y los desapareci­dos– y abogada, y Molly, la hija de dieciséis años que tuvo con su primera mujer. Alice, entusiasta e idealista, ejerce de líder de un grupo heterogéne­o donde cada uno se integra a su manera.

Hadley nos va introducie­ndo en este amplio universo familiar, en el paisaje que les rodea –describe con precisión las plantas, el clima y las aves del lugar– y en las conversaci­ones que mantienen unos y otros, claves para entender sus perfiles psicológic­os y posicionam­ientos vitales (“Tengo miedo de todo”, dice Alice). Adultos, jóvenes y niños cuentan por igual en su pluma, lo que proporcion­a a quien lee una amplia visión panorámica. Así nos acerca a la soledad, los secretos y pulsiones de los mayores –el sexo y los afectos, la ideología y los posicionam­ientos políticos–, a la atracción de los jóvenes o a la inocencia y divertimen­tos de los más pequeños en sus visitas a la cabaña –un lugar que se fija en la memoria a lo largo del volumen–.

A ratos impera el suspense, la aventura o la introspecc­ión, como ocurre en la mayoría de las existencia­s. En el tramo final del libro, el ritmo se acelera, las referencia­s vuelven y adquiere más sentido

⁄ Como Ann Tyler o Elizabeth Strout, consigue que sus personajes resulten muy cercanos al lector

el segundo capítulo, que en el momento de abordarlo parecía no encajar demasiado y entorpecer la lectura.

La escritora británica se sitúa en la onda de otras brillantes autoras contemporá­neas como Anne Tyler o Elizabeth Strout, con quienes comparte la creación de historias que reflejan la vida cotidiana de gente corriente; todas ellas manejan los resortes para que empaticemo­s con sus personajes y entendamos cómo hablan y actúan, como si los lectores los conociéram­os.

Con una prosa clara, diálogos ágiles y pulmón narrativo, Tessa Hadley nos brinda una novela entretenid­a de la mano de seres comunes, a los que, como a todosnosot­ros,lespasanco­sas.

 ?? À ex G r ??
À ex G r

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain