Revolución en la industria del bienestar de Catalunya
Distintos sectores se agrupan bajo el paraguas común de la satisfacción personal para desarrollar estrategias adecuadas, aumentar su masa crítica y mejorar la competitividad
Resulta hoy imposible saber cuántas pymes se han salvado o han despegado desde que en 1993 el ex conseller Antoni Subirà pusiera en marcha la política industrial de clústers y luego la continuara el tripartito –ampliándola en el año 2009– con Antoni Soy. Lo cierto es que, desde la dirección general de Indústria/acc1ó se está facilitando hoy el cambio estratégico a 30 clústeres que engloban unas 2.000 empresas, con 600.000 trabajadores y unos 45.000 millones de facturación agregada. Es un apoyo de vital importancia en momentos como los actuales.
Desde el 2009 en Europa esta política de soporte a la competitividad cambia y se basa en dos ejes: una mayor dimensión y, sobre todo, transversalidad: agrupar a empresas por retos comunes y con un mismo mercado, no por sectores. En base a este cambio, en la política catalana hay un giro y se han creado ya el clúster infantil (3.000 millones de facturación), el gourmet (500), el de deportes (4.000) y ahora está en marcha el de la industria del bienestar (4.000). El denominador común es que presentan crecimientos anuales de alrededor del 7%, mucho mayores que los del resto de la industria.
¿Por qué ahora el área del bienestar? “Conscientes de que industria y bienestar son dos componentes simbólicamente antagónicos, quisimos estudiar qué actividades industriales había detrás de lo que consideramos ‘cuidarse’ y el bienestar de las personas, basándonos en tres pilares: la belleza, el placer y la prevención de enfermedades”, explica Marta Marsé, responsable del proyecto Benestar en el área de Desarrollo Empresarial de la dirección general de Indústria/acc1ó.
Y comenta seguidamente que
El apoyo de Indústria a las pymes en términos de estrategia es, en estos momentos, de suma importancia
han aparecido nuevas condiciones sociales, como el envejecimiento de la población, una seguridad social saturada, problemas de obesidad, hábitos de vida poco saludables, sedentarismo, mayor nivel cultural... “Todos estos fenómenos han hecho surgir una conciencia de bienestar y una demanda de productos más sofisticados. A partir de ello nace la iniciativa de poner en marcha un proyecto transversal con las empresas relacionadas con el bienestar de las personas”.
En Catalunya hay una amplia representación de este tipo de industrias, como Puig, Ecoveritas, Anubis, Diafarm, Santiveri, Lipotec, Bastet, Fluidra... “Desde Activia de Danone, al nuevo spa Aire de Barcelona, pasando por una crema de tratamiento facial de Skeyndor, el Siken Form de Laboratorios Diafarm, los perfumes para cosméticos de Bastet o Eurofragance, hasta las franquicias de estética y peluquería Bye Bye Pelos, Depiline o Raffael Pagès... todos son productos y servicios que aún perteneciendo a sectores muy diferentes, comparten objetivo común en el mercado de la oferta de bienestar, ya sea a través de la belleza, la prevención o el placer”, explica Nuria Juan, técnica de proyectos en la dirección general de Indústria, quien, junto a Marta Marsé han publicado La indústria del benestar a Catalunya para el área de Desarrollo Empresarial de la Conselleria.
“Este clúster transversal facilita una nueva visión y herramientas muy útiles desde la óptica empresarial. Supone una bocanada de aire fresco para el sector ya que nos permite salir más reforzados, ganar competitividad y situar a Catalunya en cabeza de productos de bienestar de óptima calidad”, argumenta Amalia Rubio, gerente de Bastet.
Además, el bienestar no es sólo tema de actualidad sino de ten-
El bienestar engloba unas 300 empresas con una facturación de 4.085 millones y 16.900 trabajadores
dencia, porque, “hoy por hoy, las personas no buscan sólo consumir un producto. Por ejemplo, en el Estado de bienestar y las sociedades avanzadas el cuidado personal y la belleza adquieren un gran protagonismo”, comenta Marsé. Ciertamente, el tratamiento mediático de la cuestión acelera esta tendencia. Tanto es así que los negocios que cubren las demandas de personas cada vez más preocupadas por su bienestar juegan con ventaja, porque una vez los consumidores entran en contacto con estos productos y servicios generan hábitos y, después, una fuerte resistencia a abandonarlos. “Actualmente, en las sociedades avanzadas, el deseo de bienestar influye o puede