La Vanguardia - Dinero

Davos no se cree las buenas noticias de la eurozona

Ministros y comisarios europeos tratan de vender optimismo, en base al pacto fiscal y a la actuación del BCE, ante los agentes más poderosos del mundo con muy poco éxito

- Andy Robinson

Un desfile de líderes europeos –desde Wolfgang Schäuble a Luis de Guindos, de Mario Draghi a Olli Rehn, de Joaquín Almunia a Angela Merkel– se emplearon a fondo en Davos, el viernes pasado, para transmitir un mensaje optimista ante uno de los públicos mas influyente­s del mundo, los 2.600 consejeros delegados, financiero­s, y emprendedo­res creativos del foro económico mundial.

El mensaje: que ya son casi dos meses de tranquilid­ad en el mercado de bonos. Las primas de riesgo sobre la deuda italiana y española han bajado hasta el 50%, en el caso del bono a cinco años italiano. Y hay motivos para pensar que jamás volverá el miedo escénico que impulsó los tipos italianos por encima del 7% y los españoles por encima del 6%. Las bolsas europeas se han recuperado en alguna medida y el euro vuelve a cotizar por encima de 1,30. Puede ser que haya luz al final del túnel.

Al inicio del foro de Davos, todos atribuyero­n la relajación de tensiones en el mercado de bonos italianos y españoles a la operación de liquidez –medio billón de dólares– realizada por el Banco Central Europeo (BCE) el pa- sado mes de diciembre. Por tanto, había muchos interrogan­tes respecto a cuánto duraría. Pero los líderes europeos quisieron transmitir otro mensaje. “No es el BCE, sino el pacto fiscal”, dijo Luis de Guindos, el ministro de Economía español, en referencia al nuevo acuerdo sobre un conjunto de normas y sanciones que obligarán a algunos países a mantener su déficit estructura­l próximo a cero.

Joaquín Almunia, por su parte, planteó que los mercados están reaccionad­o ya a un inminente acuerdo sobre la reestructu­ración ordenada y “voluntaria” de la deuda griega, tras las crispadas negociacio­nes entre los inversores privados y los acreedores oficiales (la Unión Europea, el Ban- co Central Europeo y el Fondo Monetario Internacio­nal).

Hasta había indicios de que los inversores en bonos ya empiezan a preocupars­e de lo que perderían si de verdad esto es un punto de inflexión. Muy buena señal para España e Italia. Michael Riddell, de M&G Investmemn­ts, resumió el dilema de muchos inversores en deuda europea: la operación del BCE “no resuelve los problemas de fondo, pero si Europa ya no se encuentra en una espiral bajista... incluso yo he comprado deuda italiana”. El gestor de hedge funds John Paulson afirma que la zona euro puede ser una bomba, pero también una oportunida­d. Incluso Martin Wolf, influyente columnista del Financial Times e invitado habi- tual de Davos que ha advertido repetidame­nte sobre el peligro del colapso de la zona euro, se muestra más optimista y cree que el núcleo europeo está dispuesto a “inyectar morfina” al paciente hasta que mejore.

¿Puede ser que una operación de emergencia del BCE destinada a prevenir la congelació­n del sistema bancario haya convertido un circulo vicioso en virtuoso? Era la pregunta que estimulaba las neuronas de los mejores cerebros de la cumbre global en sendas sesiones de brainstorm­ing (tormentas de ideas) en los rústicos hoteles de Davos.

Pero los mejores cerebros económicos consultado­s por Dinero respondier­on con una contundent­e negativa. Según economis-

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