ENTRE IMPREVISIBLE E IMPROBABLE
Economista responsable de estrategia de los diferentes negocios de Citigroup en España
Imprevisible? El buen comportamiento de las bolsas en las primeras semanas del año. El mejor desde hace muchos ejercicios. No, no estamos acostumbrados a esta reacción. Y quizás esto nos lleva a ser algo escépticos sobre su solidez. Era imprevisible esta menor aversión al riesgo dado el deterioro de la confianza de los inversiones a finales del año pasado. Tan negativo el ánimo y tan pesimistas éramos todos que probablemente quedaban pocos vendedores, tras reducir sus posiciones de riesgo a niveles mínimos. El sentimiento contrario ha funcionado sin problemas: si no cae acabará subiendo.
¿Improbable? Poder evitar la recesión en Europa y la desaceleración en el crecimiento mundial. Sería improbable que la situación actual diera un giro de 180 grados y comenzáramos a hablar de recuperación de la economía. Partiendo de las conclusiones, pésimas en términos de expectativas a corto plazo, que nos ha dejado el Fondo Monetario Internacional (FMI). Aunque la institución supranacional puede equivocarse… ¿y quién no? Pero mi experiencia me dice que sólo en situaciones límite se toman decisiones excepcionales.
Es complicado que las autoridades europeas tomen medidas definitivas para solucionar la crisis sin la presión del mercado. Y esto se puede extender también a las recientes medidas extremas que ha adoptado la Reserva Federal (Fed). No hay nada que celebrar con ello.
Una mejora inesperada de los mercados y un deterioro en principio inevitable (aunque no imposible) de la economía. Ahora únanlo: ¿nos están diciendo algo los mercados? Lo primero que aprendemos al estudiar los ciclos económicos es que los mercados pueden llegar a ser indicadores adelantados de la evolución económica. Además, su revalorización matiza ahora el deterioro económico.
Efecto riqueza y mejora en la financiación son claves en un entorno como el actual donde falta demanda final y con evidencia de restricción de crédito. Al final, los mercados no funcionan, lo que obliga a emplearse a fondo a los bancos centrales. ¿Qué importa que el detonante de la mejora sea la inyección de liquidez del Banco Central Europeo (BCE)? Aunque, por otro lado, hay otro factor autónomo que ha favorecido el mejor tono reciente del mercado: la resistencia de algunas economías. Me refiero a la economía norteamericana, que a finales del año pasado crecía a ritmos del 3%, y a la alemana, que muestra ya indicios de recuperación. Naturalmente, también debemos hablar de las expectativas del mercado para que las autoridades chinas pongan un suelo a la desaceleración de su economía.
¿Qué no les parece suficiente para mantener las subidas de las bolsas? Yo tampoco lo creo. Aunque no sería la primera vez que los mercados se empeñan en demostrarnos su soberanía. Y es que los mercados siempre tienen razón… con la información disponible. El problema es cuando la información es limitada. Además, no comparto la conclusión de que la liquidez lo puede todo.
De lo dicho hasta ahora pueden sacar la conclusión de que creo que los mercados seguirán subiendo. Si es así, no me he explicado bien: desconfío y mucho de esta subida. Por de pronto, la mayor liquidez amortigua la tensión pero no resuelve el problema. Y tenemos muchos problemas que resolver. El más relevante, la combinación de una elevada deuda acumulada en los últimos quince años y un moderado crecimiento en el mejor de los casos. Fíjense en las perspectivas de crecimiento y en los beneficios empresariales. ¿Que los precios de las acciones ya lo han descontado? Recuerden que los mercados no funcionan bien.
Creo que estamos ante un mercado de traders. Esto no es malo para aquellos que lo sean. Pero no creo que la gran mayoría pue-
A pesar del buen inicio de año de los mercados bursátiles, el riesgo sigue siendo muy elevado
dan gestionar su cartera en un entorno como el actual de elevado riesgo.
Más allá de la crisis Europea (es peligroso responder que lo tienen asimilado), está China. Y están las tensiones políticas en países como Francia o Estados Unidos. Está la geopolítica. Y está la propia economía: sólo la continuidad de la mejora económica puede mantener el creciente optimismo actual. Pero esto no es lo más probable en mi opinión. De hecho, tampoco resultaría tan imprevisible para muchos inversores. Lamentablemente, hemos perdido el efecto sorpresa.