Asia compra el ‘made in Germany’
El empresario Liang Wengen adquiere Putzmeizter, una firma familiar alemana líder en su sector
Una industria con tan poco glamur como el hormigón ha protagonizado esta semana la transacción empresarial más importante entre China y Alemania hasta la fecha. La empresa Sany Heavy Industry, gigante china de la maquinaria de construcción, ha pactado la compra de la empresa familiar alemana Putzmeister, líder tecnológica mundial en maquinaria de bombeo de hormigón.
El anuncio ha pasado desapercibido para el gran público, pero ha disparado la alerta entre las mittlestand, las pequeñas y medianas empresas familiares alemanas, que constituyen la columna de la economía del país.
“La maquinaria de bombeo de esta firma alemana fue usada en la construcción del Burj Chalifa, en Dubái, el edificio más alto del mundo, y en el 2011 para afrontar un correo electrónico de Deng Di, con una reflexión que el consultor considera una lección. El texto dice: “A finales de los noventa Putzmeizter y Schwing (segunda empresa del sector en Alemania) tenían dos terceras partes del mercado de maquinaria de bombeo de hormigón en China, y el 2004 su mercado conjunto había caído al 5%... China supone el 60% del consumo mundial de hormigón”. Y concluye: “Es imposible que una empresa que pierde la batalla en el
Sany es uno de los pocos grandes grupos chinos gestionado personalmente por su fundador
mercado más importante pueda ganar la competición global”.
Sany Heavy Industry, propiedad del hombre más rico de China, el empresario Liang Wengen, adquiere el 90% de la propiedad de Putzmeister, y la firma de capital riesgo Citic PE Advisors, de Hong Kong, un 10%. El interés de la transacción para Sany no deja lugar a dudas. Con sede en Changsha, en la provincia del Hunan, es el mayor fabricante en China de maquinaria de bombeo de hormigón, excavadoras y camiones grúa. La empresa concentra el 96% de sus ventas y el 97% de los beneficios en su país, y la compra de Putzmeister le ayudará a amortiguar su exposición a la desaceleración del ritmo de construcción en China.
En Alemania ha sorprendido que Karl Schlecht, de 79 años y con una vida vinculada al trabajo, haya decidido vender la empresa que fundó. Si bien Putzmeister tuvo dificultades durante la crisis del 2008-2009, había recuperado el crecimiento. Quizás la respuesta está en el texto del comunicado de prensa, donde Schlecht afirma: “Esta fusión es una exhibición de transacción global. Sany es uno de los pocos grandes conglomerados chinos personalmente gestionado por su fundador, que es a su vez el accionista mayoritario (...). [Liang Wengen] no sólo comparte nuestro espíritu emprendedor, sino también la visión y los valores corporativos de Putzmeister”.
“En mi opinión, la absorción no será negativa para Putzmeizter. Las dos empresas pueden formar una buena pareja, y si los gestores consiguen entenderse podríamos ver la primera historia de éxito de una fusión chino-alemana”, concluye Hermann Simon.