Abrir una tienda precisa trámites complicados
La liberalización de horarios no ha alterado un ritmo comercial discreto, que respeta el cierre en festivos
La tramitación para iniciar una empresa o abrir una tienda es en Alemania un tema algo más lento y pesado que en España. El asunto lleva una media de siete u ocho días y conlleva un gasto de entre 150 y 180 euros. Eso coloca a Alemania en una posición intermedia en Europa: puesto 16 sobre 27 en cuanto al tiempo necesario, y noveno puesto en costes, un puesto por detrás de España, según datos de la Cámara de Industria y Comercio (IHK).
En materia de horarios comerciales, este es un país que se resiste a eliminar la barrera entre festivos y laborables y, donde, en general, todavía se respeta el domingo como único día de la semana no colonizado por el comercio. Existe una norma federal de cierre a las ocho de la tarde, sin embargo hace siete años eso se liberalizó en gran número de estados federales. Pero abrir más allá de las ocho no siempre sale a cuenta porque la sociedad no parece hacer gran uso de esa posibilidad, lo que sale caro a los comercios. Excepcionalmente, pequeñas tiendas con productos de primera necesidad pueden abrir en festivos, si quieren.
En un país federal, los trámites de apertura de un negocio cambian de un land a otro. En general, este es un país tradicionalmente muy organizado, donde el Estado tiene prestigio, con abun- dancia de trámites burocráticos y una considerable reglamentación. Eso no significa necesariamente lastre e impedimento, sino que denota un control público estricto, que, en las condiciones de esta sociedad, funciona. El control permite, por ejemplo, una acción contra el pequeño y mediano fraude fiscal bastante notable. El gran fraude es otra cuestión y deja mucho que desear, señalan los expertos.
La ciudad-estado de Bremen y el land de Mecklenburgo-pomerania son los más ágiles: los trámites de apertura de un negocio se pueden realizar en cuatro días. El land de Sajonia es el más lento: hasta 18 o 19 días. La media nacional, entre 8 y 9 días, arroja una posición europea intermedia, puesto 16, de un ranking liderado por Italia y Portugal, donde los trámites se resuelven en un día, y Polonia en el puesto 17 con entre 21 y 26 días. El más ágil, Italia, es también el más caro, 2.600 euros; con Grecia, 1.100 euros, en el penúltimo puesto de una lista encabezada por Dinamarca, Eslovenia y el Reino Unido (30 euros), los más baratos.
En Alemania, los pasos esenciales son cuatro. Primero, la certificación notarial, que se hace en media jornada. Luego, el registro ante el Finanzamt (Hacienda): si todo va bien se recibe el número fiscal en un par de horas, pero los formularios son muy complicados. Algunos estados exigen pasar unas pruebas antifraude, lo que puede retrasar hasta 17 días la obtención del imprescindible número fiscal. A continuación, la apertura de una cuenta de negocios, que se puede hacer en un par de horas, y, finalmente, el registro del nombre de empresa y el registro comercial, teóricamente sencillo, pero que en la práctica puede durar mucho, porque los formularios son complicados.
“En la Cámara de Industria y Comercio luchamos para agilizar estos procedimientos, para que no haya duplicidad de datos y para simplificar la legislación, porque en Hacienda la documentación es tan complicada que a veces hay que dejársela a un asesor fiscal”, explica Marc Evers, portavoz de la IHK en Berlín.