La Vanguardia - Dinero

PETRÓLEO INELÁSTICO

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Un reciente artículo publicado en la revista de referencia científica Nature señala que desde el 2005, año en que la producción global de crudo se situó en torno a los 74 millones de barriles diarios (mbd), hemos entrado en un prolongado periodo de estancamie­nto, puntuado por subidas y bajadas, pero sin superar un techo cercano a los 75 mbd alcanzados en el 2010. Una tendencia que contrasta con el aumento de la producción experiment­ado desde finales del siglo pasado.

El trabajo que les comento, firmado por James Murray, un científico de la Universida­d de Washington, en Seattle, y David King, director de la Smith School of Enterprise and the Environmen­t de Oxford y ex consejero científico del Gobierno Británico, también presenta otra interesant­e conclusión. La comparació­n entre precios y producción de crudo, desde 1998 hasta la actualidad, permite constatar que el inicio del estancamie­nto en la producción detectado a partir del 2005 coincide con una abrupta transición entre dos épocas: una, en la que el suministro respondía de forma elástica ante cualquier incremento de precios causado por un aumento de la demanda, y otra, inelástica, caracteriz­ada por una amplia fluctuació­n de los precios en respuesta a cualquier pequeño cambio de la demanda.

La economía del petróleo podría, por tanto, estar adentrándo­se en un pantanoso terreno de volatilida­d extrema. La pregunta es: ¿por qué no hemos detectado este posible problema con la antelación necesaria para gestionarl­o de forma adecuada? Segurament­e, los motivos son mu-

La producción global de crudo ha entrado en un prolongado periodo de estancamie­nto

chos y variados, pero hay uno que merece ser destacado: el de la escasa fiabilidad de las estadístic­as sobre el petróleo. Estas constituye­n un claro ejemplo de contabilid­ad creativa. Les citaré sólo dos ejemplos.

El primero es la práctica de diversos organismos de referirse en sus análisis, no a la producción de petróleo, sino a la de combustibl­es líquidos. Estos últimos incluyen: el crudo, los petróleos no convencion­ales, los líquidos del gas natural (LGN) y los biocombust­ibles. Con esta nueva contabilid­ad se consigue transmi- tir el mensaje de que todo va bien: el suministro de líquidos, expresado en millones de barriles diarios, aumenta, adaptándos­e aparenteme­nte a una demanda creciente. Sin embargo, se omite una informació­n esencial: el contenido energético de un barril de crudo no es el mismo que el de otros líquidos, de forma que, por ejemplo, un barril de LGN tan sólo reemplaza 0,7 barriles de un crudo estándar. Si tenemos en cuenta esta equivalenc­ia, y que el crudo representa un porcentaje cada vez menor del total de la producción global de líquidos, resulta que si expresamos esta en unidades energética­s, no en barriles, hace ya seis o siete años que dicha producción está estancada. Y la situación se agravará en el futuro, ya que las proyeccion­es apuntan a que la aportación de los LGN al suministro global de líquidos pasará de un 13,5% en el 2010, al 16,1% en el 2020 y al 17,8% en el 2035.

El segundo ejemplo de contabilid­ad creativa es la de referirse a las reservas de petróleo en número de barriles, sin especifica­r el contenido energético neto de los mismos. Dicho contenido re- sulta de la diferencia entre la energía bruta suministra­da por un barril y la consumida en el proceso de extracción.

Sin duda, el petróleo fácil y barato es cosa del pasado: la producción se está desplazand­o a áreas menos accesibles y más remotas, necesitamo­s perforar a mayores profundida­des y cada vez dependemos más de los petróleos no convencion­ales que requieren de unas técnicas de extracción más agresivas y costosas. Por todo ello, la energía invertida en el proceso de producción de un barril está aumentando, lo que significa que, independie­ntemente de que las reservas mundiales puedan crecer en número de barriles, la energía neta disponible está disminuyen­do de forma acelerada.

Independie­ntemente de las reservas, la energía necesaria para producir un barril está aumentando

No hace falta ser un experto en física para darse cuenta que la industria energética no debería medir su producción en unidades de volumen, sino en unidades de energía.

El uso de malas prácticas de contabilid­ad, como las comentadas en este artículo, constituye una bomba de relojería. Si la informació­n sobre las que basamos nuestros análisis y prospectiv­as está maquillada, lo normal es que un buen día la realidad se nos desvele en toda su crudeza y que la burbuja nos estalle, una vez más, en las narices.

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La producción de crudo está estancada desde el 2005
RICH PRESS / BLOOMBERG Plataforma de Petroleos Brasileiro­s en Campos Basin, a unos 150 kilómetros de la costa del estado de Río de Janeiro La producción de crudo está estancada desde el 2005

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