La mejor ilustración
Atención: se exponen dibujos espléndidos de Guillem Cifré, algunos de ellos obras maestras en su género, y de momento puede decirse que en su día fueron vistos en periódicos efímeros y que sólo son reconocidos y admirados por una minoría menos inmensa que la que soñaba para la poesía Juan Ramón Jiménez. ¿Por qué? Porque los géneros y los marcos (lugares de publicación) en que se suele presentar la obra de este artista barcelonés son la ilustración periodística, el cómic, el dibujo de humor y sólo esporádicamente presenta originales y esculturas en galerías y museos. Valorar una obra por su marco o infravalorar genéricamente un arte o un género, es cosa frecuente y de necios, y por ello un dibujante como Cifré es mucho menos rico y famoso que un pintor como Barceló. Voy a recordar que los dibujos de diluvios de Leonardo, de árboles de Alexandre Hollan o de mujeres de Pat Andrea no son precisamente arte menor.
Cifré, más joven que Mariscal y Nazario, pertenece a esa brillante generación de dibujantes que se dio a conocer en el último cuarto del siglo XX (Micharmut, Martí Riera, Pere Joan, Max, Gallardo, Antoni Calonge…). Expone originales en la galería Contrast, hasta el 4 de marzo, acompañados de una disfrutable proyección videográfica que contiene centenares de dibujos suyos.
La función de un ilustrador de prensa consiste en resumir la esencia de un pensamiento complejo en un solo dibujo. Cifré, como Steinberg y Krahn, sabe hacer eso de un modo magistral. Logra ser a la vez comunicativo y rico en sugerencias, hacer ensayo y buena poesía con una única ilustración.