Arte para todos
Artmadrid nacía en el 2006 como experimento al calor de Arco. No es nada novedoso. En las ciudades donde se celebran ferias de arte importantes –Maastricht, Basel, Miami– aparecen otros acontecimientos que vienen a complementarse, porque el arte siempre es plural. Ese es el atractivo principal de Artmadrid, su complementariedad, su pluralidad, su sesgo mercadista porque el coleccionista lo necesita, como necesita descansar de ocurrencias banales o torpezas vestidas de bonito
En esta séptima edición, participan 58 establecimientos, repartidos entre galerías tradicionales, espacios para el Young Art y otros de One Project. Podrían haberse ahorrado algunos de estos intentos de sorprender, porque en realidad lo que sigue maravillando son esa colección de obras de Miró de Joan Oliver Maneu; Tápies (recién fallecido), Millares, Feito, Canogar, Clemente, de Cordeiros Galería, las piezas consagradas y extraordinarias de Joan Gaspar, Juan Gris…
Y no falta la juventud. La juventud con algo que decir como es la poderosa y fluida abstracción de Cristina Gamón, en Benlliure, ganadora del premio BMW de Pintura. La escultura espléndida de Carlos Albert, en Bat; o el realismo exquisito y acariciado de Jordi Díaz-alamá, en El Quatre de Granollers, o Hugo Fontela en Ansorena
Artmadrid es una feria para to-
(1976). Antoni Tàpies. Técnica mixta/ lienzo. 130,5 x 162 cm. Artmadrid, Casa de Campo. 16 a 19 de febrero. Precio: