Los planes, estancados

La crisis económica y financiera no ha supuesto un retroceso para los planes de pensiones, como ha sucedido con los fondos de inversión. Pero sí se ha producido un frenazo manifiesto en sus grandes magnitudes. De hecho, uno de los baremos para calibrar su peso en la economía es la relación entre los recursos que manejan y el PIB, que se mantiene desde el 2004 prácticamente inalterable, en el 8%, lo que indica que el grado de penetración de este producto financiero sigue en donde estaba antes del comienzo de la crisis.

Las dudas que pueden existir en estos momentos sobre la viabilidad del sistema público de pensiones han encontrado en las últimas semanas base argumental en las cifras. Durante el año 2011, el sistema se deslizó hacia proporciones preocu- pantes para su futura sostenibilidad. La Seguridad Social ha entrado en déficit por primera vez en muchos años, las dotaciones al Fondo de Reserva se han veni- do abajo y la proporción entre cotizantes y pensionistas se ha situado cerca de dos, es decir, a punto de caer por debajo de una barrera que casi siempre se ha considerad de vital importancia.

Las reservas de la población española con vistas a la jubilación han frenado su ascenso. Por un lado, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social se ha quedado estancado en torno a los 70.000 millones de euros, lo que equivale a unos 10 meses de prestaciones para los pensionistas.

Por otro lado, el colchón privado, que es alimentado por unos 10 millones de cuentas de partícipes y que tiene carácter privado, cuenta con 83.000 millones de euros, que en teoría deberían cubrir la prestaciones complementarias de unos 10 millones de españoles, que son los que aportan dinero de su ahorro particular y voluntario a los planes.

Por cierto, en el 2011 los partícipes del sistema individual han descendido en unas 200.000 cuentas, mientras que los del sistema de empleo se mantuvieron estables, en los 2,25 millones.