De luto por el trabajo perdido
Tras un despido, se abre un periodo de duelo que debe superarse antes de buscar empleo de nuevo
El duelo es un periodo de adaptación emocional ante la pérdida de algo o alguien. Aunque no se pueda comparar al dolor por el adiós de un ser querido, perder un empleo también genera en la mayoría de casos un estado de luto mental, en este caso por el puesto de trabajo. Es el duelo posdespido, un periodo de duración variable que, si no se controla, puede llegar a entorpecer la búsqueda de empleo o incluso derivar en un problema psicológico.
El duelo posdespido consta de varias fases, aunque no todos los afectados las experimentan con la misma intensidad. “La primera fase es la de la negación, el pensar que esto no puede pasarme a mí –explica Lola Vallejo, responsable de Transición Profesional y Coach Profesional de Atesora–. Después viene la ira al preguntarte por qué te han echado a ti y no a otro, seguido de la lucha por recuperar ese puesto y la tristeza cuando por fin eres consciente de que el despido es un hecho”. Finalmente, llega la aceptación, momento en que la persona ya está preparada para afrontar de nuevo la búsqueda.
Los afectados suelen responder al duelo con dos posibles reacciones opuestas: “Algunos se quedan bloqueados y entran en un estado de pasividad; otros, en cambio, se sumen en una sensación de hiperactividad y deciden empezar a enviar inmediatamente currículum a diestro y siniestro, sin pararse a reflexionar antes qué es lo que buscan”, explican Elena García Pont y Carles Polo, consultores de Desarrollo Profesional de la firma Evoluciona_t. Así, muchos profesionales cometen el error de empezar a buscar empleo antes de llegar a la fase de aceptación. La consecuencia, según Lola Vallejo, es que “desperdician contactos y oportunidades, porque