La crisis y la energía
El consumo de productos petrolíferos en España cayó un 4,2% en el 2011, hasta los 64,30 millones de toneladas. Hay que recordar que cada tonelada equivale a 7,3 barriles. Donde mayores descensos se registraron fue en las gasolinas, que descendieron un 6,6% el consumo. Muy cerca se encuentran las caídas de gasóleos, que también descendieron un 6,3%, según los datos ofrecidos por Cores (Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos).
Ambos descensos responden a la crisis. El primero refleja que la gente coge menos el coche para moverse por lo mucho que cuesta llenar el depósito.
El segundo es un fiel reflejo del frenazo de la industria y la progresiva ralentización de los sectores asociados (transporte, logística, externalización, mantenimiento...).
Antoni Llardén, presidente de Enagás, explica que viajando estos días por Suiza, Alemania y otros países europeos para verse con inversores internacionales, se percibe que “aún son países muy industriales en los que circulan muchos camiones por las carreteras”. “Esto no significa que en España no sea así”, matiza. Y reflexiona: “Quizá habría que repensar hacia dónde quiere ir España en todos los sentidos...”.
Llardén pone además un ejem- plo relacionado con el sector energético. “Lo que más me han preguntado los inversores europeos estos días es a qué se debe el lío energético español”. Y él mismo responde: “El fracaso de la regulación en España durante los últimos años no envía señales concretas al mercado”.
Actualmente, Los inversores tienen miedo y huyen del capital de las empresas energéticas españolas.