DEBILIDAD DEL IBEX: ¿UNA OPORTUNIDAD?
Después de un débil mes de febrero el Ibex sigue manteniendo un comportamiento negativo, alejado de los avances que han registrado los índices de la zona euro y los de las principales bolsas internacionales. Mientras el resto de los mercados han consolidado el rally alcista registrado desde principios de año, nuestro índice no reacciona a las noticias favorables y en cambio sobrepondera las negativas. El resultado es que estamos acumulando en lo que llevamos de año un retroceso del 3%.
La explicación a esta notable diferencia de comportamiento la debemos encontrar tanto en las estimaciones de los datos macro que sobre nuestro país se han publicado, como en los resultados en el 2011 de las empresas del Ibex, a sus expectativas y a su nivel de endeudamiento en balance.
Recientemente se ha publicado el resumen de los beneficios del 2011 obtenidos por las empresas españolas cotizadas. Centrándonos en las compañías del Ibex, los resultados del año han sufrido una reducción del 34% respecto a los del año 2010. El retroceso más importante se produjo en el cuarto trimestre, periodo en el que los beneficios de las empresas del Ibex35 cayeron más del 70% respecto al año anterior.
Por lo que respecta al nivel de endeudamiento hemos de destacar que el Ibex 35 es el índice cuyas empresas presentan el nivel más elevado de Europa. La deuda neta de las compañías no financieras del Ibex 35 es de 235.000 millones de euros y ello representa en estos momentos tanto un problema para su refinanciación, y por tanto para el desarrollo sostenido de su actividad, como para la generación libre de caja que permita un normal reparto de dividendos.
ASPECTOS POSITIVOS
Pero en aras a buscar aspectos positivos debemos señalar que en el último trimestre, que tanto ha pesado en los resultados del 2011, las compañías del Ibex 35 contabilizaron la mayor parte de los resultados extraordinarios negativos, realizaron ajustes contables de su fondo de comercio y de sus activos inmobiliarios, y adelantaron provisiones y gastos de reestructuración, etcétera. Algunas de estas últimas partidas correspondían al ejercicio 2012, por lo que en principio se puede afirmar que las empresas cotizadas inician el año con buen nivel de saneamiento.
También debemos destacar, como hecho positivo, el que la práctica totalidad de las compañías del Ibex 35 hayan seguido ganando tamaño en el exterior. Su facturación internacional representa ya el 60% del total y en el 2011 creció en un 20%, mientras que en el mercado interior tan sólo en un 3,5%. Ello ha permitido y permitirá compensar en parte la debilidad de la demanda interna, así como mejorar los márgenes de explotación.
Hoy la inversión en la bolsa española está a niveles muy bajos y los activos bursátiles infravalorados
Otro factor positivo que considerar es que las compañías españolas llevan meses reduciendo su nivel de endeudamiento. Algunas han hecho un esfuerzo más agresivo que otras, pero el resultado global es que las compañías no financieras del Ibex 35 redujeron su deuda neta en más de 11.400 millones de euros, casi un 5% respecto al endeudamiento del 2010.
Por tanto, descontadas las débiles perspectivas de crecimiento de nuestra economía, asumidos los ajustes, las reformas y aceptando como válidas las previsiones de que la reducción de beneficios de las compañías del Ibex va a ser nula o muy inferior a la del ejercicio pasado, si persiste la diferencia de comportamiento del Ibex 35 respecto al resto de índices puede ser una buena oportunidad de compra que no deberíamos desaprovechar.
Hemos de señalar que en estos momentos la inversión en bolsa española está a niveles muy bajos y los activos bursátiles infravalorados. También debemos apuntar que la liquidez del mercado está asegurada por la nueva y reciente subasta del BCE.
Por tanto, las caídas que pueda registrar nuestra bolsa, deben ser contempladas como se ha apuntado como una oportunidad de compra basada en las bajas valoraciones de las empresas y en las bajas expectativas que la renta variable española tiene en estos momentos entre los inversores profesionales. La estrategia más adecuada será sin duda la selección de valores que tengan presencia en los mercados internacionales, que tengan capacidad de generar beneficios y que realicen una correcta política de retribución al accionista.