BMW lidera las ventas
El mundo de las marcas de lujo es un conglomerado con múltiples agentes y con cuatro grupos en el núcleo central: BMW (BMW y Rolls Royce), las marcas premium del grupo Volkswagen (Audi, Bentley, Lamborghini y Porsche), Fiat (Ferrari y Maserati) y Daimler Benz (Mercedes). Junto a ellas empujan con fuerza nombres de prestigio como Jaguar, Cadillac, Lexus o Aston Martin. Por volumen de ventas, BMW es el líder, con 1,67 millones de vehículos en el 2011 (+14%), aunque seguida muy de cerca por Audi y Mercedes.
Los tres estandartes alemanes han tenido beneficios récord: BMW casi 5.000 millones, un 51% más; Audi, 4.440 millones, un 69% más, y Mercedes 835 millones, un 85% más. En la misma línea, Porsche ganó 2.045 millones, un 22% más. China es la primera fuente de esa alta rentabilidad, como explica Juan José Díaz-ruiz, presidente de J.J. Díaz-ruiz and Partners, que también atribuye el crecimiento de las marcas premium a su entrada en el terreno de los fabricantes generalistas con modelos más compactos y más asequibles. Como ejemplo, señala que casi el 40% de las ventas de Audi y de BMW son de sus modelos más pequeños (el A-3 y la Serie 3). que están en torno a los 30.000 euros.
Aunque el mercado chino ha empezado a ralentizarse y al mismo tiempo se ha acrecentado la competencia y la presión sobre los precios, de momento para ganar dinero es imprescindible estar en el gigante asiático. Allí, donde la cultura automovilística está todavía poco desarrollada en comparación con Europa, se vende de todo.
“Aston Martin va a instalar en Shanghai un concesionario de 8.000 metros cuadrados, más que la suma de todos los concesionarios que tiene en toda Europa Occidental”, explica Joan Pla, director general del grupo Quadis, que tiene en la Zona Franca de Barcelona el mayor punto de venta de vehículos de lujo en España.
Pla matiza el supuesto esplendor del lujo en España, pues sostiene que el top (el que ha crecido un 83%) no deja de ser un segmento muy pequeño que con unas pocas unidades de más o de menos refleja unas variaciones porcentuales espectaculares. Lo que sí que ha detectado es una “multilocalización de clientes”, ciudadanos extranjeros que compran en España, algunos porque están afincados y otros porque aquí resulta más fácil obtener el vehículo. “En Alemania hay menos stocks y aquí hay que esperar menos”, explica.
“Se gana dinero en Asia y punto”, añade José Luis Porté, distribuidor de Volvo, otra de las marcas incluidas en la alta gama. “En España la realidad es que ahora se venden la mitad de coches que en el 2007. Y eso afecta a todos, a los generalistas y a los de gama alta”, afirma. ches de lujo eran los constructores y los inmobiliarios”, explica un directivo de uno de los principales concesionarios premium. Ahora los clientes más evidentes son los deportistas, algunos profesionales de éxito y, como gran novedad, algunos colectivos de extranjeros afincados en España. Léase rusos y chinos. Basta darse una vuelta por Barcelona para comprobar el alto porcentaje de Mercedes conducidos por un ciudadano chino. O ver cómo se habla ruso en los establecimientos más lujosos de paseo de Gràcia.
Los clientes autóctonos son otra cosa. “Ahora no toca aparentar, no es cool, hay pudor y al mismo tiempo hay un temor al control social de los signos de riqueza en las actuales circunstancias. Y por eso hay bastantes clientes que se desprenden de su deportivo o de su Mercedes, aunque económicamente no lo necesitan”, explican las mismas fuentes.