Banqueros locos o quizá visionarios
En medio de la mayor crisis financiera, un grupo francés aliado con el Popular y una caja nacionalizada, próxima a ser subastada, lanzan un nuevo proyecto en España
La reestructuración del sector financiero está reduciendo de forma drástica el número de entidades en España y plantea a los gestores de los grupos fusionados el dilema de qué hacer con las marcas heredadas del pasado mientras intentan lidiar con el auge de la morosidad, la caída del negocio y la presión regulatoria. Todos se están jugando su futuro, que continúa siendo incierto.
En este contexto, dos entidades con motivaciones absolutamente opuestas se han atrevido a lanzar sendos proyectos nuevos en España. Y las dos, por causas también muy diferentes, son extraordinariamente llamativas. La primera es la de Crédit Mutuel, banco francés que creó una filial en España en octubre del 2010 de la mano del Popular y que antes de las pasadas Navidades –más de un año después– bautizó como Targobank. El banco cuenta con 123 oficinas que le sobraban al banco español, con el que comparte el proyecto, y activos de poco más de 2.000 millones. Es posible que esta red se incremente con más oficinas una vez que el Popular defina, en el marco de su absorción del Pastor, cuántas le sobran en esta nueva fase.
Oficialmente, la idea de Targobank es aprovechar las oportunidades de crecimiento que ofrece la reestructuración del sector para crear una franquicia que haga banca comercial en España y que sirva a Crédit Mutuel para ampliar su negocio en el exterior. Lo curioso del caso es que este aterrizaje se produce en un momento en el que el país está en su recesión más profunda y arrecian las dudas desde el exterior. El resto de la banca extranjera ni se plantea crecer en España. En cuanto a Targobank, en año y medio de existencia no ha dado señales de vida, no ha explicado públicamente su proyecto y su visibilidad es nula. “No hay ninguna prisa”, comentan fuentes conocedoras del proyecto, que repiten una y otra vez que se trata de un apuesta a largo plazo.
Pero si Targobank ha sorprendido por su apuesta en este momento, el paso dado por Nova Galicia –caja nacionalizada en la que el Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), tiene un 93% del capital– ha dejado descolocado a todo el mundo. La entidad acaba de lanzar EVO, un nuevo banco que sólo operará fuera de Galicia, León y Asturias y que nace con 120 oficinas repartidas por todas España. El proyecto cuenta con la bendición del Banco de España, presente en el con- sejo de administración de Nova Galicia, y ya lleva dos semanas en los medios para dar a conocer su marca y su filosofía. Su presencia no es testimonial: “Vamos a estar entre los diez primeros anunciantes del momento”, dicen en el banco neonato.
La marca EVO se asocia a evolución, aunque José Luis Abelleira, su primer ejecutivo, remarca que etimológicamente significa “de duración eterna”. El tiempo dirá si es el caso, pero mientras tanto la pregunta más repetida estos días es si tiene algún sentido