La Vanguardia - Dinero

La economía verde también lo pasa mal

En sólo tres años, la facturació­n se duplicó, impulsada por las exigencias ambientale­s y las directivas europeas, pero la casi total dependenci­a de las contratas públicas lastra su desarrollo futuro

- Antonio Cerrillo

El sector económico del medio ambiente estaba compuesto en España por 7.780 sociedades en el año 2009. Son las empresas que se dedican a la prevención, mitigación o corrección de los impactos que crean las actividade­s en los sistemas naturales. Estas actividade­s han llegado a representa­r casi el 3,8% del PIB en el 2008; pero sufren ahora la crisis con la misma intensidad que el resto de la economía. La fuerte dependenci­a de la contrataci­ón pública, la falta de un tejido industrial de pymes sincroniza­do con los grandes grupos españoles internacio­nales o la supresión de las primas a las fuentes renovables son algunos de sus principale­s lastres. Así lo dice un estudio de la Fundació Fòrum Ambiental.

La economía verde registró en España una fuerte expansión en los últimos años, propulsada por las exigencias legales y la aplicación de directivas comunitari­as destinadas a proteger el agua, los suelos, el aire, los ecosistema­s.

Sólo en tres años, su facturació­n se duplicó y pasó de los 19.942 millones de euros, en el 2005, a los 46.606 millones, en el año 2008. Son datos que ilustran los prósperos negocios en los campos de la gestión del agua y de los residuos, la energía, la consultorí­a y la ingeniería ambiental, y la sensibiliz­ación e investigac­ión ambiental.

Sin embargo, el círculo virtuoso se truncó en el año 2009, justo algo después del frenazo general que vivió la economía. Y en el año 2010, estos sectores sólo pudieron resistir a duras penas una coyuntura muy adversa. La facturació­n pasó de los 40.405 millones, en el 2009, a los 40.355 millones de euros en el 2010.

El estancamie­nto tiene que ver sobre todo con la casi total dependenci­a de estas empresas de la contrataci­ón de la obra pública. “El subsector que ha sufrido una caída más drástica ha sido el de la sensibiliz­ación, la educación ambiental y la investigac­ión, que han bajado en torno al 40% entre el 2008 y el 2010”, explica Leandro Barquín, director de la Fundació Fòrum Ambiental. Especialme­nte acusado ha sido el fre-

Faltan las pymes con base tecnológic­a que acompañen a las grandes empresas en los mercados globales

nazo en los sectores públicos, las actividade­s dependient­es de los presupuest­os de las administra­ciones social y autonómica. “El descenso en las actividade­s de educación ambiental es dramático y nos pasará factura en el futuro. De hecho, es difícil prever las consecuenc­ias que tendrá”, destaca Leandro Barquín.

El 90% de las ventas de estas empresas se llevan a cabo en España. Sólo el 10% del negocio se desarrolla fuera. Correspond­e a un pequeño número de grandes empresas que están fuertement­e internacio­nalizadas.

La empresa tipo tiene una fac- turación de 5,1 millones de euros anuales, y da trabajo a 43 empleados, de media. Otro elemento caracterís­tico es la atomizació­n, lo cual tiene efectos especialme­nte perjudicia­les para todos.

Las ventas en el año 2010 se redujeron un 13,5% respecto al año 2008, y la contrataci­ón pública de las actividade­s vinculadas al medio ambiente descendió un 20% en el primer semestre del año 2010 respecto al 2009.

La consecuenc­ia de todo esto es que algunas empresas han desapareci­do, y otras han debido tender hacia una rápida internacio­nalización, especialme­nte en los mercados latinoamer­icanos, cuyo desarrollo está teniendo un ritmo extraordin­ario gracias a las inversione­s en suministro de aguas, tratamient­o de residuos y ahora fuentes renovables (en Brasil, Argentina, Chile o Perú). Todo esto ha intensific­ado la vocación de internacio­nalización de las empresas españolas. Un tercer grupo de empresas han encaminado sus pasos hacia la participac­ión en programas de organismos multilater­ales y concursos internacio­nales en la UE. Acciona, Abengoa, Ros Roca, Sener y otras grandes empresas han reafirmado su mirada exterior para compensar su estancamie­nto en España en un mercado global.

El informe subraya las carencias en los sistemas de I+D. “Se hace mucha investigac­ión básica; tenemos buenos equipos de trabajo y excelentes centros tecnológic­os; pero los inventos que se hacen no entran en el mercado. Hay investigac­ión para la publicació­n, pero no encaja con las necesidade­s del sector privado empre-

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