Un panel teñido de rojo
Cuatro de cada cinco valores del índice español registran números negativos durante el 2012
Las constructoras se descomponen: sucede así desde ya hace casi un lustro. Repsol se ve con el agua al cuello en Argentina. Los bancos andan enfrascados en sus procesos de capitalización, atenazados por su desproporcionada exposición inmobiliaria y desacreditados a ojos de la opinión pública. Endesa, tres cuartos de lo mismo a causa de las correcciones en las tarifas eléctricas. Telefónica sufre el acoso de sus competidores, muy crecidos...
El Ibex zozobra, azotado por las penosas vicisitudes que experimentan buena parte de sus valores. Las estadísticas son inciertas, tanto que España se encuentra en el ojo del huracán. El índice se ha teñido de rojo, y los analistas se dan de bruces con la realidad: 29 de los 36 valores del Ibex se encuentran en negativo este año. Alejado de los 8.000 puntos –y a años luz de los casi 16.000 puntos de agosto del 2007–, el índice porfía por mantenerse en los 7.500 (más de la mitad que entonces), algo que ni siquiera ocurría en el fatídico septiembre del año pasado, cuando los vaivenes de los mercados daban forma a la crisis de la eurozona. Si se analiza a partir de su principal índice bursátil, España se descuelga. Y ya se sabe que los mercados dicen muchas cosas...
La estadística desvela las cuitas de la constructora Sacyr Vallehermoso, el valor más deprimido en este año. A estas alturas del 2012, ha perdido el 42,6% de su peso inicial, un porcentaje inquietante. “Buena parte de lo perdido viene del año pasado –apunta Nuria Álvarez, analista de Renta 4–. A finales del 2011, Sacyr revendía a Repsol YPF la mitad de sus participaciones en la petrolera, donde contaba con el 20%”.
La maniobra fue rápida, imprescindible para que la constructora pudiera refinanciar la compra de acciones que había realizado en el 2006. Fue rápida y, sobre todo, muy convulsa. Al menos, a efectos estadísticos. “Con esta venta, Sacyr hizo limpia de balances, se preparó para partir de cero, pero se apuntó minusvalías –continúa Álvarez–. Y el mercado no perdona”. El mercado no perdona, y ha caído sobre la constructora con todo su peso. “En realidad, creo que la está penalizando ex- cesivamente. Porque desde esta última maniobra, lo cierto es que su estructura financiera ha mejorado. Ahora, Sacyr se encuentra relativamente cómoda. Con el tiempo, sus cifras deberían corregirse”, dice Álvarez.
El problema es el contexto. La desconfianza campa a sus anchas por Europa. España asusta. “Hoy por hoy, es el muñeco de feria a quien todos disparan”, dice Antonio Hormigos, analista de Mirabaud. En Europa, abunda la creencia de que los periféricos pueden hacer descarrilar al resto de países de la eurozona.
Repsol, con pérdidas del 22%, se pelea en Argentina, un porcentaje muy pequeño de su negocio (apenas del 3%), pero muy ruido-
Aunque su estructura financiera mejora, la constructora Sacyr arrastra minusvalías del pasado
so mediáticamente. “Argentina tiene problemas de balanza comercial. Sufre dificultades para acceder a los mercados financieros –dice Natalia Aguirre, analista de Renta 4–. De modo que algunas compañías instaladas allí reciben presiones desde el Gobierno y las administraciones locales”.
Argentina dice que Repsol no invierte lo suficiente en el país. La consecuencia de todo ello es la retirada de licencias y la amenaza de nacionalizaciones, inter- vención recurrente en Latinoamérica. “Y la cancelación de licencias de pozos ya ha empezado”, recuerda Aguirre.
El intenso ruido mediático mantiene a Repsol acogotada. La petrolera necesita socios en el país. Sería la mejor manera de compartir riesgos y de escudarse de las presiones del Gobierno de Cristina Fernández. “El valor de las acciones de Repsol ya está bajo –dice Aguirre–. Pero mientras no ceda la presión argentina, es difícil que se recupere. En todo caso, es viable que esto ocurra a medio plazo”.
En este escenario, la posición de las entidades financieras (hay ocho en el índice) ayuda en poco, o en nada. La mayoría de ellas re-
Salvo el Santander, más tibio, todas las entidades financieras sufren pérdidas próximas a dos dígitos
gistra pérdidas de dos dígitos, con la excepción del Santander, más tibio. “Pese a que en febrero se aprobó el real decreto de saneamiento del sector, los mercados no se lo han creído –dice Álvarez–. El sector inmobiliario opina que las exigencias de saneamiento son insuficientes y los mercados opinan que el riesgo existe”. El sector está muy debilitado, se atisban pocas alegrías en el horizonte, la tasa de morosidad seguirá creciendo. “Con tanto ajuste pendiente, el cuadro macroeconómico en España es para echarse a temblar, por mucho que los bancos se esfuercen por hacer todo aquello que se les pide, desde recapitalizarse hasta aprovisionarse”.
Las escasas noticias positivas proceden de Grifols y de AIG, con ganancias superiores al 20%. Aunque los analistas llevan una semana advirtiendo de que Grifols empieza a agotar su recorrido (ha ganado un 25% este año y un 55% desde noviembre pasado), la compañía de hemoderivados se ha mantenido razonablemente estable en los últimos días, consecuencia de haber hecho bien las cosas: a principios de año, la firma lograba una reducción en los tipos de interés de su deuda tras amortizarla voluntariamente por 240 millones de euros. Nomura, la primera correduría japonesa, mantiene a Grifols entre los diez grandes valores para comprar.