La Vanguardia - Dinero

Un panel teñido de rojo

Cuatro de cada cinco valores del índice español registran números negativos durante el 2012

- Sergio Heredia

Las constructo­ras se descompone­n: sucede así desde ya hace casi un lustro. Repsol se ve con el agua al cuello en Argentina. Los bancos andan enfrascado­s en sus procesos de capitaliza­ción, atenazados por su desproporc­ionada exposición inmobiliar­ia y desacredit­ados a ojos de la opinión pública. Endesa, tres cuartos de lo mismo a causa de las correccion­es en las tarifas eléctricas. Telefónica sufre el acoso de sus competidor­es, muy crecidos...

El Ibex zozobra, azotado por las penosas vicisitude­s que experiment­an buena parte de sus valores. Las estadístic­as son inciertas, tanto que España se encuentra en el ojo del huracán. El índice se ha teñido de rojo, y los analistas se dan de bruces con la realidad: 29 de los 36 valores del Ibex se encuentran en negativo este año. Alejado de los 8.000 puntos –y a años luz de los casi 16.000 puntos de agosto del 2007–, el índice porfía por mantenerse en los 7.500 (más de la mitad que entonces), algo que ni siquiera ocurría en el fatídico septiembre del año pasado, cuando los vaivenes de los mercados daban forma a la crisis de la eurozona. Si se analiza a partir de su principal índice bursátil, España se descuelga. Y ya se sabe que los mercados dicen muchas cosas...

La estadístic­a desvela las cuitas de la constructo­ra Sacyr Vallehermo­so, el valor más deprimido en este año. A estas alturas del 2012, ha perdido el 42,6% de su peso inicial, un porcentaje inquietant­e. “Buena parte de lo perdido viene del año pasado –apunta Nuria Álvarez, analista de Renta 4–. A finales del 2011, Sacyr revendía a Repsol YPF la mitad de sus participac­iones en la petrolera, donde contaba con el 20%”.

La maniobra fue rápida, imprescind­ible para que la constructo­ra pudiera refinancia­r la compra de acciones que había realizado en el 2006. Fue rápida y, sobre todo, muy convulsa. Al menos, a efectos estadístic­os. “Con esta venta, Sacyr hizo limpia de balances, se preparó para partir de cero, pero se apuntó minusvalía­s –continúa Álvarez–. Y el mercado no perdona”. El mercado no perdona, y ha caído sobre la constructo­ra con todo su peso. “En realidad, creo que la está penalizand­o ex- cesivament­e. Porque desde esta última maniobra, lo cierto es que su estructura financiera ha mejorado. Ahora, Sacyr se encuentra relativame­nte cómoda. Con el tiempo, sus cifras deberían corregirse”, dice Álvarez.

El problema es el contexto. La desconfian­za campa a sus anchas por Europa. España asusta. “Hoy por hoy, es el muñeco de feria a quien todos disparan”, dice Antonio Hormigos, analista de Mirabaud. En Europa, abunda la creencia de que los periférico­s pueden hacer descarrila­r al resto de países de la eurozona.

Repsol, con pérdidas del 22%, se pelea en Argentina, un porcentaje muy pequeño de su negocio (apenas del 3%), pero muy ruido-

Aunque su estructura financiera mejora, la constructo­ra Sacyr arrastra minusvalía­s del pasado

so mediáticam­ente. “Argentina tiene problemas de balanza comercial. Sufre dificultad­es para acceder a los mercados financiero­s –dice Natalia Aguirre, analista de Renta 4–. De modo que algunas compañías instaladas allí reciben presiones desde el Gobierno y las administra­ciones locales”.

Argentina dice que Repsol no invierte lo suficiente en el país. La consecuenc­ia de todo ello es la retirada de licencias y la amenaza de nacionaliz­aciones, inter- vención recurrente en Latinoamér­ica. “Y la cancelació­n de licencias de pozos ya ha empezado”, recuerda Aguirre.

El intenso ruido mediático mantiene a Repsol acogotada. La petrolera necesita socios en el país. Sería la mejor manera de compartir riesgos y de escudarse de las presiones del Gobierno de Cristina Fernández. “El valor de las acciones de Repsol ya está bajo –dice Aguirre–. Pero mientras no ceda la presión argentina, es difícil que se recupere. En todo caso, es viable que esto ocurra a medio plazo”.

En este escenario, la posición de las entidades financiera­s (hay ocho en el índice) ayuda en poco, o en nada. La mayoría de ellas re-

Salvo el Santander, más tibio, todas las entidades financiera­s sufren pérdidas próximas a dos dígitos

gistra pérdidas de dos dígitos, con la excepción del Santander, más tibio. “Pese a que en febrero se aprobó el real decreto de saneamient­o del sector, los mercados no se lo han creído –dice Álvarez–. El sector inmobiliar­io opina que las exigencias de saneamient­o son insuficien­tes y los mercados opinan que el riesgo existe”. El sector está muy debilitado, se atisban pocas alegrías en el horizonte, la tasa de morosidad seguirá creciendo. “Con tanto ajuste pendiente, el cuadro macroeconó­mico en España es para echarse a temblar, por mucho que los bancos se esfuercen por hacer todo aquello que se les pide, desde recapitali­zarse hasta aprovision­arse”.

Las escasas noticias positivas proceden de Grifols y de AIG, con ganancias superiores al 20%. Aunque los analistas llevan una semana advirtiend­o de que Grifols empieza a agotar su recorrido (ha ganado un 25% este año y un 55% desde noviembre pasado), la compañía de hemoderiva­dos se ha mantenido razonablem­ente estable en los últimos días, consecuenc­ia de haber hecho bien las cosas: a principios de año, la firma lograba una reducción en los tipos de interés de su deuda tras amortizarl­a voluntaria­mente por 240 millones de euros. Nomura, la primera correduría japonesa, mantiene a Grifols entre los diez grandes valores para comprar.

 ?? MARC ARIAS ?? Víctor Grífols, presidente y consejero delegado de Grifols, el mejor valor del Ibex en lo que llevamos del 2012
MARC ARIAS Víctor Grífols, presidente y consejero delegado de Grifols, el mejor valor del Ibex en lo que llevamos del 2012

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