La Vanguardia - Dinero

Austeridad ‘made in Germany’

Más de dos millones de funcionari­os públicos consiguen un aumento del 6,5% en dos años

- Manuel Estapé Tous / Rafael Poch

Por si alguien creyó las prédicas de Angela Merkel sobre la imperiosa necesidad de moderar los salarios, de ligar su evolución a la productivi­dad y no a la inflación, Alemania ha vuelto a recordarno­s que, como cuna de la economía social de mercado, cuenta con sindicatos poderosos y una larga historia de luchas en pos de una mejor calidad de vida. La supuesta austeridad prusiana, el luteranism­o militante de Angela Merkel han saltado por los aires desde los gobiernos locales que gobiernan mayoritari­amente.

Porque, no hay que olvidarlo, Merkel nos ha impuesto unas tablas de la ley en forma de pacto del Euro –desvincula­r los salarios de la inflación, ligarlos a la productivi­dad– y, en el ámbito presupuest­ario, una cesión de soberanía en forma de austeridad perpetua hacia el nuevo tótem: el equilibrio fiscal. Merkel cree en la predestina­ción y también en la justificac­ión por la fe como vía hacia la salvación. Y los enanos le han salido respondone­s precisamen­te en la función pública.

Se trata de un acuerdo salarial a dos años, para más de dos millones de funcionari­os y trabajador­es de servicios públicos, que incluye un incremento salarial del 6,3%. Después de una cadena de huelgas con mucho apoyo, las negociacio­nes entre el Estado federal y las administra­ciones locales con los representa­ntes sindicales han decidido un primer aumento del 3,5% con efectos desde el primero de marzo, una actualizac­ión del 1,5% a partir del primero de enero del 2013 y un aumento gradual hasta agosto hasta alcanzar el citado 6,3%. En marzo, la inflación alemana rondaba el 2,1%. La reivindica­ción es moderada si se resta inflación y la mayor productivi­dad: se queda en un 2,3%. El 3,3% ofrecido inicialmen­te en dos años (1,7% anual) quedaba por debajo de la inflación y significab­a mantener el retroceso.

Después de cuatro sesiones negociador­as y una última de cuarenta horas, el acuerdo ha sido calificado de “histórico” y de “éxito rotundo” por los observador­es, que recuerdan que los sindicatos empezaron reivindica­ndo un aumento del 6,5%, después de que su poder adquisiti- vo bajase un 0,3% en el 2011 al tiempo que los trabajador­es de la pujante industria automovilí­stica obtenían incremento­s salariales del 6%, que este año se han repetido en un clima de euforia por los beneficios récord de la industria con entregas a cuenta de cantida-

El fuerte seguimient­o de las huelgas de advertenci­a condicionó las negociacio­nes en el sector público

des lineales para recompensa­r a los trabajador­es antes de iniciar las negociacio­nes salariales.

Si permiten un pequeño paréntesis macroeconó­mico, estos incremento­s salariales son la evolución necesaria para reducir los desequilib­rios externos dentro de la zona euro y más prosaicame­nte para que aumenten las exportacio­nes españolas a Alemania (o el turismo alemán a España). Por su repercusió­n en el desequilib­rio general de la eurozona, la moderación salarial alemana ha sido mucho más que un tema alemán. Entre el 2000 y el 2009 los salarios cayeron un 4,5% en Alemania, mientras subían en el resto del continente: un 15% en Francia y entre el 25% y el 35% en España, Portugal, Grecia, e Italia. El resultado fue un importante aumento de la competitiv­idad de los productos alemanes, que ganaron una mayor cuota de mercado en Europa a costa de sus socios europeos. El retroceso salarial ha continuado en los últimos años de crecimient­o. De ahí, la combativid­ad de las bases sindicales porque todos los observador­es coinciden en que el resultado sólo se explica por el éxito de las huelgas de advertenci­a de las dos últimas semanas de marzo.

El 26 de marzo, todos los grandes aeropuerto­s registraro­n perturbaci­ones por huelga. Frankfurt, el principal de ellos, anuló unos 400 de sus 1.300 vuelos diarios. La protesta formaba parte de la ola de “huelgas de advertenci­a” lanzada escalonada­mente por el sindicato de la función pública Verdi.

El (temido) ministro de Hacienda, Wolfgang Schäuble, ha declarado que “es un resultado que va hasta el límite extremo de lo que pueden ofrecer el Gobierno federal y las entidades locales, pero a fin de cuentas se trata de un resultado razonable”.

Para entender el mercado laboral alemán, hay que saber que su población activa decreció un 2,9% entre 1998 y el 2008, lo que explica en parte el descenso del paro y una situación de pleno empleo en muchos sectores y regiones. Por eso el sindicato del metal, el mayor de Europa con 3,5

El Bundesbank ha mostrado su inquietud y pide que el acuerdo no sirva de patrón en otros sectores

millones de afiliados, busca un aumento del 6,5%. Todo esto preocupa al presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, que no ha tardado en decir que el acuerdo de la función pública no debe “servir de patrón para otros sectores, debe valorarse aparte”.

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MIE BRINKMANN / AP El ministro de Hacienda, Wolfgang Schäuble, la semana pasada en la Universida­d de Copenhague
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