Un africano muy quieto
Ese hombre trajeado: ¡qué quieto está!... En medio del ajetreo de ese centro comercial, rodeado de anuncios escapistas y peatones fugaces, su hieratismo de estatua parece casi irreal. Los anuncios reclaman a gritos tipográficos y rojos que la gente gaste, beba, compre un montón de relojes y juegue a la ruleta. ¿Por qué no?... Así empezó la crisis, por cierto.
Y al lado del africano impasible hay figuras borradizas, incluso un peatón ya borrado por su propia prisa, del que apenas se distingue algo más que una pierna sin cuerpo, dispuesta a salir del encuadre dos pasos más tar- de. Misterios de la mirada lenta y el movimiento veloz.
De cosas así está hecho el arte fotográfico, y también el sentido del humor, más sutil que la comicidad. A mí esta foto, por ejemplo, me recuerda a alguna de esas escenas filmadas por los hermanos Coen que despiertan más la inteligencia humorística que la comicidad de carcajada.
Es sólo una fotografía de la exposición Dreamstreet, y ni siquiera estoy seguro de que a su autor, José Antonio Carrera, le parezca humorística. Pero es una de las mejores de la muestra que presenta en Barcelona hasta el próximo 12 de mayo. Carrera expone en la galería Tagomago (teléfono 93-292-24-22) una selección de fotos callejeras realizadas en Nueva York en dos momentos distintos, durante el periodo 1994-1996 (en blanco negro) y entre el 2009 y el 2011 (en color). Son buenos exponentes de street photography, un género específicamente fotográfico.