Europa afronta sus diferencias
Con el telón de fondo de los resultados de las elecciones presidenciales francesas, los mercados europeos de renta variable han añadido una muesca adicional al catálogo de preocupaciones sobre la evolución futura de la economía. Dentro de una semana se conocerán los resultados de las elecciones, ya que el nombre del vencedor se sabrá al término de la segunda vuelta. Si el vencedor resultase ser el candidato socialista, Hollande, es bastante probable que en la zona euro se profundice el debate sobre la futura orientación de la política económica. Es probable una división entre Francia y Alemania para decidir sobre el futuro de los planes de austeridad, las políticas fiscales y las estrategias de crecimiento que traten de sacar a Europa de la fase de atonía económica en la que se encuentra.
Si este debate va a ser bueno para los mercados resulta bastante difícil de prever, pero es poco probable que resulte indiferente. Las diferencias entre países líderes del euro podrían añadir incer- tidumbre a las inquietudes ya existentes en la deuda soberana, un problema que ha contribuido a frenar el crecimiento europeo en los dos últimos años, con Espa- ña como protagonista principal. Las diferencias entre mercados bursátiles en la zona euro ya son bastante acusadas en la actualidad y un debate interno de mayor amplitud podría incrementar la falta de cohesión. España y Alemania representan en la actualidad los polos extremos de la evolución bursátil. El Ibex pierde este año en torno a un 18% y el DAX alemán gana un 14%, con
El debate entre austeridad y crecimiento puede ampliar las diferencias entre mercados
Francia e Inglaterra en posiciones alcistas pero de escasa relevancia.
Los inversores han apostado este año por los fondos de renta variable europea en detrimento de la bolsa española. Unos 30 puntos de rentabilidad nos separan tomando como base los índices, aunque el resultado de los propios fondos ofrece menos aristas, pero también pronunciadas. Los fondos que invierten en la zona euro ganan apenas un 1% en lo que va de año, frente a una caída del 12% de media ponderada en los fondos que tienen sus carteras básicamente formadas por compañías españolas. Es decir, unos 13 puntos de rentabilidad diferencial.
Para el inversor, el dilema es si apostar por la bolsa española, cuyo potencial de subida en una hipotética reacción es muy superior, o insistir en la seguridad que hoy por hoy proporcionan mercados como el alemán, en donde se están logrando las mejores ganancias del año por la solidez de sus empresas y el buen rumbo de su economía.