Suecia tampoco se libra de la eurocrisis
La economía del país nórdico, que tiene moneda propia, sigue creciendo a buen ritmo, pero también se resiente
Con unos resultados mucho mejores de lo esperado, la economía sueca vuelve a nadar a contracorriente en medio de la crisis de la deuda en que se halla inmerso el resto de Europa. Según las cifras preliminares publicadas por la agencia gubernamental que lleva a cabo las estadísticas en este país, el PIB creció un 2,3% anual en el segundo trimestre del año y un 1,4% respecto al trimestre anterior. Muy por encima, por lo tanto, de lo que apuntaban todas las previsiones, que situaban el crecimiento interanual en un discreto 0,8% y el trimestral en un 0,3%, según una encuesta previa realizada a economistas por Reuters.
Una vez más, estos datos dejan en evidencia la excepcionalidad de la economía sueca, cuya aceleración contrasta con la recesión o el escaso crecimiento que experimenta gran parte del continente, Alemania incluida.
Con un crecimiento del 1,7%, las exportaciones fueron el principal motor del crecimiento, un dato que da la razón a la estrategia seguida en los últimos meses por el Banco Central Sueco, que no baja tipos desde febrero.
Uno de los motivos que explican la buena actuación de las exportaciones suecas es que sus empresas “exportan muy poco hacia los países con problemas del sur de Europa, a donde van a parar sólo el 5% de las ventas en el extranjero. Su principal destino, en cambio, son Alemania y los demás países nórdicos, que están funcionando relativamente bien”, explica a este diario Olle Holmgren, economista del grupo de servicios financieros nórdico SEB.
En su opinión, sin embargo, “la crisis en la eurozona preocupa claramente a las familias”, cuyo consumo “fue más bajo de lo esperado”. Aun así, este creció un tímido 0,8%, seguramente debido a la recuperación del mercado de trabajo, donde el desempleo es del 7,6% y a la baja inflación.
No obstante, todos los analistas consultados se muestran cautos a la hora de pronosticar el futuro y creen que el tercer trimestre del año registrará un crecimiento mucho menor. No exclu- yen, de hecho, que los datos del segundo trimestre acaben siendo revisados a la baja en septiembre, puesto que los publicados esta semana todavía son preliminares.
Suecia es uno de los pocos países de la Unión Europea que sigue teniendo su propia moneda. Circunstancia que en momentos de crisis puede llegar a ser muy favorable, pues hace que sea posible devaluar y llevar a cabo la política monetaria que más convenga al propio país.
En la situación actual, sin embargo, no parece que la corona haya conseguido aislar tanto a Suecia de los problemas de Europa. Según Jesper Hansson, del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas (NIER), “la crisis de la eurozona ya ha afectado al crecimiento sueco. Sin ella, por ejemplo, el paro habría seguido cayendo”, en lugar de mantenerse estable como ahora. “Además, la economía sueca habría actuado de un modo muy similar si en lugar de la corona hubiera tenido el euro”, remarca Hansson, para quien las principales razones que explican la mejor situación del país son la fortaleza y el rigor con que se han gestionado las finanzas públicas y la ausencia de problemas estructurales.