‘UN MORO, UN MICO, UN LLORO, I UN SENYOR DE PUERTO RICO’
Tenía previsto un artículo sobre ética, estética y legalidad. Hay buenos ejemplos últimamente y pensé que sería ilustrativo. Sin embargo, la situación actual requiere hablar de lo que toca. Vivimos una situación de incertidumbre. Las noticias se suceden a velocidad de vértigo y acostumbran a ser contradictorias. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) van a tal velocidad que da la sensación de que más que noticias, lo que nos llegan son los pensamientos de quienes nos gobiernan. Son anuncios y contraanuncios continuos que causan desconcierto.
No es muy difícil adivinar qué están pensando los inversores, o eso que llaman los mercados, cuando ven que en Europa anuncian un día que le prestan dinero a España, pero al día siguiente dicen que no saben cuánto ni a qué precio. Y, seguidamente, que tampoco se sabe a quién; los españoles, que si a los bancos, los europeos que si al Estado. Sube la bolsa y al día siguiente se la pega al ritmo de los anuncios. Rajoy dice que no estamos intervenidos y que no necesitamos un rescate, pero el ministro de Economía alemán dice que España necesita un rescate total. Por fin un día se reúnen los países del sur y ponen en jaque a Merkel; todo parece solucionado (sube la bolsa); pero luego resulta que no es así (baja la bolsa). Draghi dice que comprará deuda, pero luego los alemanes lo desmienten. Las autonomías, por su parte, libran su propia guerra; piden el rescate, pero resulta que no piden un rescate.
Para los que la vivimos, la situación es de hastío, y para los que observan el euro desde fuera, de desconfianza total, que es de lo que va de verdad esta crisis. Los ciudadanos tenemos derecho a saber a dónde vamos. Se echa en falta una declaración institucional en la que nos expliquen la situación actual y qué significa exactamente para las economías nacionales y para la empresa estar intervenidos, ser rescatados. Hablo habitualmente con gente formada y le hago esas preguntas. Todos contestan inmediatamente, pero lo curioso es que no todos explican lo mismo. ¿No parece lógico que se haga un pacto de Estado y se fije una única línea de trabajo? ¿No se hace por ideología o por el rédito político? Eso de la intervención y/o el rescate, ¿nos va a dejar peor de adonde nos abocamos? ¿O es un tema de pérdida de soberanía de nuestros políticos?
He tenido ocasión de hablar con familias industriales de Irlan-
La bolsa sube y baja al ritmo de los contradictorios anuncios y acontecimientos
da y Portugal y me dicen que desde que están intervenidos, para ellos es mejor. Dicen que lo que se anuncia se hace. No hay la incertidumbre de aquí. ¿Hombres de negro? ¿Cuáles: los autonómicos, los del Estado o los de Europa? ¡Qué pena! Con las posibilidades que tenemos y se la pasan discutiendo. Es tal el galimatías que tenemos delante que me viene a la cabeza aquella famosa poesía que acaba diciendo “mort moro, mico i lloro, fa un farcell... i a Puerto Rico”.