Un verano de alto riesgo
Desde los niveles mínimos registrados hace poco más de una semana, el Ibex 35 ha conseguido remontar nada menos que un 9%. En las tres últimas semanas, el selectivo español ha presentado subidas superiores al 6% en dos ocasiones, aunque también ha sufrido las dos mayores caídas del año. La volatilidad del mercado está completamente disparada. Y, lo que es peor, la ausencia de certidumbres sobre lo que pueda suceder en las próximas semanas permite sospechar que las decisiones de inversión van a seguir sometidas a altas dosis de riesgo y de incertidumbre.
Aunque la presencia de los inversores en los mercados de renta variable no es abrumadora en estos momentos, y menos aún en el caso de los que invierten a través de fondos de inversión, los analistas han reforzado sus expectativas de ganancia en los mercados bursátiles debido, principalmente, a los bajos niveles de precios en los que se mueven muchas compañías.
Uno de los criterios principales es el de seguir la estela de los valores con alta rentabilidad por dividendo. Con lo mucho que han caído las cotizaciones, utilizar este criterio puede aportar altas dosis de posibilidad de acierto.
En todo caso, el hecho de que los grandes problemas institucionales en el seno de la Unión Europea sigan abiertos, garantiza un verano cargado de emisiones y de inestabilidad. Para atravesar esta etapa siguen siendo válidas
Los bruscos altibajos de la renta variable acompañarán a los inversores en las próximas semanas
las inversiones a corto plazo, sobre todo ahora que la deuda pública está atravesando una fase de dificultades y ofrece elevadas rentabilidades a los inversores. Esta semana, los tipos de emisión han vuelto a situarse en máximos del año. Además, las entidades financieras van a redoblar sus esfuerzos para atraer dinero, elevando los tipos de interés de los depósitos bancarios.