Mesura en el exterior e interior
Can Cassanyes, erigida en 1738 en las afueras de Corçà, pasó de austera masía agrícola a una agradable y manejable residencia
Desde que fue erigida en 1738 hasta 1973 fue habitada por los Cassanyes, una estirpe familiar que aprovechó hasta el último palmo de terreno que disponían para sacar el máximo fruto a la tierra y al ganado. El trigo, girasol, maíz, alfalfa, hortalizas, frutales y el engorde de animales fueron durante lustros las actividades que permitieron a los Cassanyes autoabastecerse de alimentos y sacar los sous necesarios para comprar aquello que no proporcionaba la tierra. Así se lo explicó al actual propietario una de las señoras Cassanyes durante una emotiva visita a la masía de sus ancestros donde ella había pasado buena parte de su vida. De ahí que Can Cassanyes, en las afueras de Corçà, es una masía con mucho pedigrí rural que, tras ser adquirida en 1973 por un pintor barcelonés, cambió la austeridad que reinaba en su interior por unas estancias más diáfanas acordes con el nuevo uso residencial. Cuando la compró en 1989 su actual propietario, este se empleó a fondo en la creación del actual jardín a base de desbro- zar la maleza que se había apoderado del terreno, respetando los árboles ornamentales centenarios y la mayoría de frutales, y plantando con mucha mesura nueva flora de carácter ornamental. Y lo de la mesura viene a cuento porque su intención desde un principio era la de disfrutar de un jardín despejado para gozar visualmente de amplios espacios donde sus hijos pudieran también corretear a placer. En un extremo del espacioso vergel,