CRIC: fábrica de nuevas tecnologías
El centro catalán de investigación, de gestión privada, ha participado en sus 15 años de vida en más de cien proyectos de I+D, en su mayoría de carácter europeo
En el polígono industrial Almeda de Cornellà, a pocos metros del World Trade Centre Almeda Park, se emplaza un modesto edificio de obra vista que dice muy poco, o más bien nada, de las tecnologías y prototipos que se desarrollan en su interior. Se trata de la sede central del Centre de Recerca i Innovació de Catalunya (CRIC), centro de investigación de gestión privada que desde hace exactamente quince años se dedica a llevar a cabo proyectos de I+D e ingeniería enfocados, sobre todo, a las pymes de sectores tan diversos como el textil, la energía, la salud, las TIC, el transporte o la seguridad ciudadana, entre otros.
Para la directora de I+D del CRIC, Patricia Masip, el perfil multidisciplinar del centro, especializado en campos como la industria electrónica, la bioingeniería, las telecomunicaciones, la física aplicada y la inteligencia artificial, entre otros, le permiten ofrecer un amplio abanico de soluciones específicas e integradas para sus clientes, “trabajando a medida de sus requerimientos, con el fin de solucionar sus necesidades”, matiza.
“Sin duda, uno de nuestros factores diferenciales, respecto a otros centros de investigación, es que desde el CRIC no sólo hacemos I+D, sino que también hacemos ingeniería. Esto nos permite optimizar las investigaciones para que realmente después se puedan implantar en el entorno industrial y empresarial”, dice Albert Nieto, director general del CRIC, quien advierte que la inversión constante en conocimiento es otro de los pilares del centro.
Así, desde su constitución en el año 1997 el CRIC –que hasta hace sólo un año se encontraba distribuido en diferentes centros de investigación ubicados en Barcelona, Girona y Terrassa– ha participado en más de cien proyectos de colaboración de I+D; la mayoría de ellos de carácter europeo. De hecho, el 5.º Informe de Monitorización publicado por la Comisión Europea el pasado agosto posicionó al centro catalán entre las 50 industrias europeas con más contratos del 7.º Programa Marco firmados durante el periodo 2007-2011, así como una de las dos primeras pymes europeas con el mayor número de contratos firmados en el mismo programa marco. “Ade-
En el CRIC no sólo se hace I+D, sino también ingeniería, lo que facilita la implantación en la industria
más de llevar a cabo proyectos de I+D para pymes nacionales e internacionales, uno de nuestros puntos fuertes es que les ayudamos a obtener financiación europea para sus proyectos; algo tremendamente necesario en un momento como el presente”, explica Massip.
No en vano, desde los laboratorios del CRIC se han desarrollado desde un brazalete inteligente de asistencia remota para gente mayor, bautizado como Softcare,
que detecta cuando una persona se cae con el fin de que la puedan asistir lo más rápido posible, a una tecnología denominada Cottonbleach (en la foto) que permite reducir el consumo de agua y los residuos a las empresas del sector textil, o un sistema de reputación on line que mide, de forma casi instantánea, la imagen que una firma o institución concreta posee en los medios y redes sociales. “Normalmente, trabajamos como partner de la empresa desarrollando la tecnología X que necesita para solventar un proceso o necesidad concreta. Y en muchas ocasiones aprovechamos el know-how extraído de un proyecto para enfocarlo a otro sector”, añade Nieto.
El CRIC, que actualmente está compuesto por un equipo de 70 personas –la mayoría ingenieros y doctores en ramas como la electrónica, mecánica, telecomunicaciones, química, física o biotecnología, de los cinco continentes–, no ha padecido demasiado de cerca los efectos de la crisis. De he-
En los últimos dos años el centro ha casi duplicado su equipo humano y su facturación
cho, tal como apunta Nieto, en los últimos dos años el centro ha casi duplicado su equipo humano y su facturación que, actualmente, asciende a 5 millones de euros anuales. “A pesar de que notamos los efectos de la crisis porque las empresas del país están afectadas y, por tanto, no invierten en I+D, el hecho de que el 90% de nuestra cartera de clientes esté en Europa es lo que nos ha permitido seguir creciendo”, concluye el directivo.