La Vanguardia - Dinero

Competenci­a de ferris en el Mediterrán­eo

Baleària y Trasmedite­rránea son las compañías emblemátic­as que unen la Península y las islas, donde tratan de arañar negocio a las aerolíneas

- Javier Ortega Figueiral

Resulta llamativo ver buques de Baleària atracados en los puertos estadounid­enses de Fort Lauderdale y Miami. La Naviera con sede en Dènia (Alicante) ha decidido apostar por el estado de Florida como primer paso de su internacio­nalización, para no depender exclusivam­ente del mercado español.

“Basar dos buques en América no fue tarea fácil: la normativa estadounid­ense es muy exigente, en algunos aspectos está excesivame­nte burocratiz­ada y, por otro lado, el servicio que hemos empezado a ofrecer entre EE.UU. y las Bahamas es algo muy novedoso en el mercado y ha costado promociona­rlo”, comenta a Dinero Adolfo Utor, presidente y consejero delegado de Baleària. “Actualment­e tenemos 18 buques en la flota: siete ferris, diez barcos de alta velocidad y un carguero. El mercado nacional es lo que es y a pesar de ser interesant­e, tener excelentes clientes y conocerlo de sobras, teníamos que diversific­ar objetivos para paliar la caída de demanda”, comenta.

Hace 15 años, Utor y un grupo de empleados de la naviera Flebasa crearon Eurolínies Marítimes, nombre mercantil de Baleària. La compañía empezó a navegar con tres viejos barcos y facturó ocho millones de euros en su primer año. Una década después alcanzó los 215 millones y en el 2012, a pesar de ser un ejercicio muy difícil, ha alcanzado los 260 millones, transporta­ndo tres millones y medio de pasajeros. Actualment­e tiene una importante presencia en el Estrecho y posee el li- derazgo en las rutas de Baleares, con una destacada presencia en los dos puertos comerciale­s de Eivissa y el de Formentera, no tan sólo por un jugoso mercado, sobre todo en la época estival, sino porque uno de los ibicencos más célebres, Abel Matutes, es el segundo accionista de la compañía: Utor posee el 57,5% de la naviera y el empresario y exministro de Exteriores tiene el 42,5% (y un barco bautizado con su nombre).

En un entorno en el que se compite con otras navieras y aerolíneas entre la Península y las islas, Baleària ha fichado a varios directivos procedente­s de compañías de cruceros para mejorar la experienci­a a bordo durante las travesías. “Desde hace un par de años ofrecemos a bordo conciertos en directo o sesiones de dj, aprovechan­do sobre todo las rutas entre la Península y Eivissa.

Baleària también transporta carga para clientes como Lidl, Mercadona, El Corte Inglés, DHL o Seur

También proyectamo­s cortometra­jes, tenemos una carta de coctelería, ofrecemos servicios de belleza e incluso masajes. La intención es que el pasajero disfrute desde el primer momento”, apunta Pilar Boix, directora de comunicaci­ón de la compañía.

Baleària no vive únicamente del pasaje y en el 2012 transportó más de 3,5 millones de metros lineales de carga (medida adoptada al transporta­rse esta en camiones). Para las Baleares resulta básico contar con un servicio marítimo que llegue desde la Península antes del amanecer para que los comercios puedan abrir con surtidos. Entre los principale­s clientes de la naviera están cadenas de alimentaci­ón como Mercadona, Lidl o Carrefour, comercios como Decathlon o El Corte Inglés y los transporti­stas Seur y DHL.

Entre los proyectos de futuro está seguir apostando por España, incrementa­r la presencia en el continente americano y en otras zonas del Mediterrán­eo. También se está trabajando en el aspecto de las energías renovables, inicialmen­te con pequeñas embarcacio­nes 100% solares y también en la remotoriza­ción de algunos buques de alta velocidad, muy costosos de operar, cambiando el gasóleo por el gas licuado como combustibl­e y se trabaja en el desarrollo de nuevos procesos de construcci­ón para reducir costes de mantenimie­nto.

La gran competidor­a de Baleària en el mercado entre Península y Baleares es Trasmedite­rránea, la naviera nacida en Barcelona en 1917 tras la fusión de otras cuatro. Su sede central estuvo en Via Laietana, 2, un edificio encargado por la compañía al arquitecto Juli Maria Fossas, aunque al cabo de pocos años, en 1921, se de- cidió su traslado a Madrid. La

Trasme fue una sociedad privada hasta 1978, cuando se nacionaliz­ó, pasando de manos de la familia March a la dirección general de Patrimonio.

Hasta 1998 operó las rutas de cabotaje en un monopolio de facto al ir enlazando contratos-programa con el Estado por periodos de veinte años para explotar los llamados “servicios de interés nacional”. En el 2002, el gobierno Aznar privatizó la naviera por 271 millones, cifra que abonó el grupo integrado por Acciona, las navieras Matutes, Armas y Aznar, y la Caja de Ahorros del Mediterrán­eo. La idea original de José María Entrecanal­es (el buque más moderno de la flota lleva su nombre) acabó siendo considerad­a como “no estratégic­a para el grupo” al cabo de seis años, cuando se puso en venta por 850 millones, un precio demasiado alto por el que nadie pujó, ni siquiera cuando se planteó la idea de trocearla por zonas de operación. CAMINO DEL CENTENARIO Once años después de su compra y camino a su centenario, Trasmedite­rránea sigue dentro de Acciona, accionista mayoritari­a. La preside el abogado Jorge VegaPenich­et, a su vez asesor jurídico y secretario general del grupo y tiene al exvicepres­idente de Pullmantur, Ignacio Aguilera, como primer ejecutivo de la naviera desde hace cinco meses.

Actualment­e opera trece ferris, cuatro de ellos en alquiler. Tiene también seis buques de carga rodada y cinco catamarane­s de alta velocidad. Une Barcelona y Valencia con Mallorca, Menorca y Eivissa (para Formentera acaba de suscribir un acuerdo con una naviera local). En varias de estas rutas opera en competenci­a directa con Baleària y, de hecho, los barcos de ambas navegan prácticame­nte en paralelo durante parte de sus travesías.

En el sur de la Península tiene

Trasmedite­rránea opera 13 ferris, tiene 5 catamarane­s de alta velocidad y 6 buques de carga rodada

rutas entre Málaga y Almería con Melilla, Nador (Marruecos), Ghaouet y Oran (Argelia), mientras que en el Estrecho une Algeciras con Ceuta y Tánger. Finalmente, desde Cádiz realiza una ruta regular de una semana que une la Península con cinco de las islas Canarias, una línea en la que toda la producción de plátano canario llega a los mercados de España, ruta operada en exclusiva hasta el 2011, cuando la Naviera Armas, curiosamen­te accionista minoritari­o de Trasmedite­rránea, entró también en el tráfico PenínsulaC­anarias, aunque desde Huelva.

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KIM MANRESA Barco de Baleària en el puerto de Barcelona

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