De la transacción a la consultoría
Barcelona era en el 2007 una ciudad donde los inversores competían por comprar edificios de millones de euros, que se vendían en pocas semanas… De aquella ciudad no queda ni rastro, y firmas como la consultora inmobiliaria Aguirre Newman ha pasado de vivir volcada en las compraventas a centrarse en la consultoría. “La crisis ha hecho realmente valioso el conocimiento que aportamos a nuestros clientes”, explica la directora de la oficina de Barcelona, Anna Gener, que se ha consolidado como la consultora de cabecera de family offices frente a la mayor dedicación de otras firmas hacia la clientela internacional. La firma emplea a 50 personas y mantiene el mismo equipo directivo que afrontó el inicio de la crisis: trece profesionales especializados en diferentes disciplinas, con menos de 40 años media, de los que siete son mujeres, que aportan una visión global para enfrentarse a la complejidad de la crisis, y muy dinámicos para adaptarse a las nuevas tendencias del sector. El equipo de Aguirre Newman ha gestionado la venta de inmuebles emblemáticos, como la antigua sede de Telefónica, Vueling o Gallina Blanca, y entre sus clientes de consultoría destacan firmas como CaixaBank, CX, Colonial, TMB o Adif.