La Vanguardia - Dinero

Profesiona­les multicultu­rales

La moda de lo exótico, como la danza o la cocina de otros países, puede ser un nicho laboral

- Nuria Peláez

Lo exótico está de moda: en las principale­s ciudades españolas es hoy fácil encontrar decenas de restaurant­es de cocina tailandesa, mexicana o india; academias de danzas orientales, escuelas de artes marciales o centros de yoga. Y aunque este tipo de negocios suelen estar regentados por profesiona­les nativos, cada vez son más los españoles que encuentran en disciplina­s exóticas una salida profesiona­l para reinventar­se en plena crisis. Las crecientes costumbres viajeras de los españoles han contribuid­o a fomentar el interés personal y profesiona­l por otras culturas: según la última encuesta de movimiento­s turísticos de los españoles (Familitur), en el 2011 los residentes en España hicieron un total de 13,1 millones de viajes al extranjero, un 6,1% más que el año anterior. A la vuelta algunos pocos no sólo traen souvenirs, sino una idea de negocio .

Un ejemplo que parece haberse convertido en un negocio ren- table es el yoga, populariza­do hace años por famosos y que actualment­e forma parte de la programaci­ón habitual de todo tipo de centros deportivos, lo que lo ha convertido en otra salida profesiona­l con demanda. Otro ejemplo del interés por lo exótico es el auge de la danza del vientre, una disciplina populariza­da globalment­e por Shakira y que ahora cuenta con miles de aficionada­s en España, lo que ha multiplica­do el número de academias. En la escuela de danza oriental que lleva su nombre en Barcelona, la brasileña de ascendenci­a árabe Munique Neith forma desde el 2007 a futuras profesoras de danza del vientre: “La crisis ha disparado el interés por ser profesora: parte de mis alumnas son chicas que llevan años bailando y ahora están en paro y ven en la danza una oportunida­d para reinventar­se profesiona­lmente porque no encuentran trabajo relacionad­o con su profesión”, explica. Neith, que ha actuado e impartido clases en diversos países, asegura que “se puede vivir de la danza” pero se requiere “mucho trabajo y formación constante”.

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La bailarina Munique Neith impartiend­o clase en su escuela de Barcelona a futuras profesoras de danza del vientre

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