Una reforma sostenible y provechosa
El arquitecto Roger Jornet multiplicó la eficiencia energética y el espacio de esta vivienda
Era la única casa de una sola planta que quedaba en esta calle de Sant Gervasi (Barcelona), una vivienda sencilla y entre medianeras, que compartía espacio con la peluquería familiar. Cerrada a la luz, con pésimos acabados, muy compartimentada e instalaciones obsoletas, era evidente que precisaba de una puesta a punto integral. La reforma, emprendida con criterios de sostenibilidad por deseo expreso del cliente, conllevó gratas sorpresas que permitieron multiplicar el espacio dando origen a dos plantas y a un jardín interior que las ilumina con luz natural.
La primera decisión fue tirar todos los tabiques consiguiendo así un único espacio totalmente diáfano, utilizado como zona de estar/cocina y estudio. El dormitorio se colocó en un altillo que se construyó en el techo. Fue entonces cuando se descubrió que, bajo el falso techo, existía una cámara de aire que permitía duplicar la altura de la planta baja, dejando a la vista el forjado de tejas y las vigas originales.
En una etapa posterior, el arquitecto propuso ampliar la casa por la parte trasera, una posibilidad permitida por las ordenanzas que, tras muchos proyectos, se concretó en una segunda media planta edificada con paneles de madera contralaminada KLH, con cubierta vegetal, y un jardín interior, que vuela sobre la doble altura de la planta baja. Una escalera de madera de huellas al aire comunica ambas plantas, y la tarima de madera clavada sobre raíles unifica el pavimento de toda la vivienda.
A partir de aquí, el reto fue re- cuperar luz y aislar todas las paredes exteriores y los techos de la vivienda para reducir al máximo el consumo posterior de energía. Con este objetivo se modificó la fachada principal convirtiendo las ventanas originales en un gran balcón y se abrieron tres ventanas más en la otra fachada, todas provistas con doble cámara de aire. La planta baja se sobredimensionó de radiadores para, de esta forma, calentar el espacio utilizando la mínima potencia en invierno. La ventana motorizada colocada en el techo del dormitorio hace que el aire caliente suba a la segunda planta. En verano, gracias al aislamiento de las paredes, los ventiladores que cuelgan del techo son suficientes para mantener una temperatura agradable sin necesidad de instalar aire acondicionado.
En cuanto al mobiliario, el propietario se limitó a colocar estrictamente lo imprescindible. Armarios, una gran librería lacada en blanco y los fluorescentes colgados directamente de un cable, junto a los muebles propios de la cocina y una pequeña mesa, son los únicos elementos que hay en la planta baja.
En la planta superior, además del dormitorio, se ha habilitado un rincón como despacho.