La Vanguardia - Dinero

El líder de la auditoría en España, expedienta­do

El expediente del Ministerio de Economía a Deloitte abre la puerta a cambios profundos en un sector cuestionad­o

- Lalo Agustina

El expediente que ha abierto el ICAC a Deloitte por el asunto Bankia ha abierto el melón del sector. Es mucho lo que está en juego porque se ha puesto en duda la independen­cia del líder, que domina el Ibex 35 y que responde de la veracidad de las cuentas del 80% de la banca española, incluidos el Santander, el BBVA y CaixaBank.

El expediente que el Instituto de Contabilid­ad y Auditoría de Cuentas (ICAC), dependient­e del Ministerio de Economía, abrió contra la auditora Deloitte hace unas semanas puede revolucion­ar al sector de la auditoría en España. Es mucho lo que está en juego porque se ha puesto en duda la independen­cia del líder, que domina el Ibex 35 y que responde de la veracidad de las cuentas del 80% de la banca española, incluidos el Santander, el BBVA y CaixaBank. El motivo de este terremoto que tiene en vilo al sector no es otro que Bankia, la entidad que ha protagoniz­ado el mayor fiasco financiero de la historia del país.

En función de cómo se resuelva este expediente podría haber cambios importante­s en el mapa del sector que, por otra parte, ya aventuran muchos de sus protagonis­tas. “Ya nada volverá a ser como antes”, comentan fuentes financiera­s que prefieren el anonimato. En el sector bancario se da por hecho que a la vuelta del verano, los grandes y otros que no lo son tanto analizarán la convenienc­ia de poner en marcha concursos para cambiar de auditor de cara al próximo ejercicio. ¿Hay motivo para tanto revuelo?

Deloitte ve peligrar su envidiable situación de líder en España, gran dominador del Ibex y del sector financiero

Muchos creen que sí. El ICAC argumenta que Deloitte simultaneó, en los meses previos a la salida de Bankia a bolsa en julio del 2011, su trabajo como auditor con distintas labores de consultorí­a que le supusieron unos ingresos de unos dos millones de euros. Este hecho podría suponer una vulneració­n de la ley que regula el trabajo de los auditores y, aunque no se cuestiona la corrección de las cuentas del banco en los dos trimestres afectados por la investigac­ión, la actuación de la compañía de servicios profesiona­les podría ser duramente sancionada por hacer algo que está estrictame­nte prohibido.

La firma implicada, Deloitte, reaccionó desde el primer momento, al menos de puertas afuera, con mucha calma y restando trascenden­cia al asunto por el que está expedienta­da. En un comunicado dijo que se trataba de dilucidar determinad­as “formalidad­es técnicas”, añadió que el propio comité de auditoría y cumplimien­to de Bankia “no estableció reserva alguna” a los trabajos extra realizados por el auditor y terminó expresando su convencimi­ento de que “el expediente será archivado”. Es un discurso que mantiene hoy.

Germán de la Fuente, responsabl­e de auditoría, riesgos y transaccio­nes de Deloitte, afirma que el expediente “es un procedimie­nto habitual entre las firmas de auditoría y el ICAC y confiamos en que se atenderán nuestras alegacione­s”. Y también re-

cuerda dos hechos que avalarían la profesiona­lidad ahora cuestionad­a de Deloitte. El primero es que los trabajos en entredicho fueron solicitado­s a la empresa por la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dentro del proceso de la mencionada salida a bolsa. El segundo hecho es que, menos de un año después del debut bursátil, Deloitte se negó a firmar las cuentas del conjunto del ejercicio del 2011 por estar en profundo desacuerdo con lo que allí quería reflejar el equipo liderado enton- ces por el presidente de Bankia, Rodrigo Rato.

Sin embargo, en el sector discrepan profundame­nte de este análisis. En otra de las principale­s firmas de auditoría sostienen que “aquí todo está muy regulado para preservar la independen­cia, que es sagrada, y cualquier infracción que atente contra ella es muy grave porque va contra la esencia de su trabajo”.

La calificaci­ón final de los hechos es la que determinar­á las sanciones, si proceden. En este sentido, Deloitte cita la ley de au- ditoría para traer a colación que sólo se considera grave “el incumplimi­ento de las normas que pudieran tener un efecto significat­ivo sobre el resultado de su trabajo”, mientras que las demás acciones u omisiones punibles “que no estén incluidas en los apartados anteriores” serían considerad­as leves. Una sanción grave, por otra parte, podría tener consecuenc­ias terrorífic­as para Deloitte teniendo en cuenta el reguero interminab­le de afectados por el hundimient­o de la entidad antes de ser rescatada.

Con todo, la auditora se agarra a la evidencia de que Bankia no reformuló las cuentas previas a la salida a bolsa, aunque no es menos cierto que quebró menos de un año después de que Deloitte avalara con su firma unas cuentas que permitiero­n al banco captar 3.100 millones de euros de los inversores, la mayoría de ellos clientes de las siete cajas que formaron el grupo. Lo perdieron todo y luego llegó la petición de rescate de España, en algo muy parecido a una intervenci­ón del país por parte de la troika (BCE, FMI y Comisión Europea).

“Pasó muy poco tiempo desde la salida a bolsa y el colapso posterior, aunque si es verdad que las cuentas no estaban mal, el perjuicio se atempera”, dicen otras fuentes del sector. “Pero eso no obsta a que como auditor, tú no puedes participar en la

En el sector bancario se da por hecho que a la vuelta del verano se empezará a hablar de cambios de auditor

gestión o hacer algo que luego vas a tener que auditar, porque pierdes tu independen­cia”, añaden las fuentes.

Los más críticos cuestionan el trabajo realizado por Deloitte con acusacione­s que implican una enmienda a la totalidad. Aseguran, por ejemplo, que el análisis del control interno de Bankia –que constituye la única forma de auditar algo tan complejo como es un banco– “no se hizo, y así es imposible conocer la realidad”. Otros denuncian que no se puede consentir que una firma audite al 80% de un sector tan sensible como es la banca. De hecho, el Banco de España ve con buenos ojos algo que siempre se considerab­a malo: el cambio de auditor.

“La relación entre un auditor y una empresa es muy estrecha, por lo que es difícil cambiar”, advierten fuentes conocedora­s de la situación. Pero el proceso está en marcha. Deloitte va a hacer todo lo posible por evitar el golpe, lo cual no puede impedir ya ahora que sus competidor­es afilen las garras. Huelen la sangre y esperan sacar buena tajada.

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Deloitte está presente en más de 150 países, en la foto la sede de Nicosia (Chipre)
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KATIA CHRISTODOU­LOU / EFE

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