¡Ay, por favor, qué calor hace!
Como se aprecia, por fin ha llegado el calor, y menos mal que además de la canícula tendremos unos días de fiesta. Espléndido.
Y no se puede decir que este año han venido demasiado pronto. Incluso los mercados financieros parecen fatigados y con ganas de un buen descanso después de un sinfín de movimientos arriba y abajo, lo que se llama en la jerga volatilidad. Unos días de paz y tranquilidad no vendrían nada mal, especialmente si tras una primavera más fría de lo normal nos espera un otoño previsiblemente caluroso.
De calientes asuntos pendientes no estamos escasos. La financiación griega, la necesidad de Portugal de un segundo rescate, que puede incluir una quita sobre su deuda nacional, la demanda de Irlanda de una reducción retrospectiva en la cantidad de deuda que ha asumido para rescatar sus bancos, y sobre todo el que se pongan de acuerdo los líderes europeos sobre el espinoso tema de la unidad bancaria.
Por si faltara algo, el FMI acaba de revisar a la baja las perspectivas económicas globales. Como que con este entorno nuestras exportaciones no pueden rendir tanto como muchos esperaban, el FMI ha hecho lo más lógico rebajando al mismo tiempo su previsión para España. El 2014 sera un año de cero crecimiento. Es decir, el señor Guindos y el Banco de España seguramente tienen razón, se puede esperar un trimestre de crecimiento positivo en un futuro no lejano. Como contrapartida, lo que se ve cada vez más lejana es la llamada “recuperación general”.
Con tal perspectiva, lo de menos es dónde vamos, si a la playa o a la montaña, lo importante es disfrutar de estos días de reposo antes de que vuelvan los días de estrés y de malas noticias que en los últimos años suelen acompañar la rentrée española, como por ejemplo la subida del paro que previsiblemente nos espera en septiembre. ¡Que tengan todos unas buenas vacaciones!