La Vanguardia - Dinero

La banca resurge pero aún no es capaz de sumar

La mejora en los resultados no se ha traducido en la vuelta del crédito

- L. Agustina

Las grandes empresas, las pymes y también las familias necesitan que la banca vuelva a estar ahí. Porque no lo estaba. De los resultados del primer semestre y del estado del proceso de reestructu­ración del sector –con las subastas de las nacionaliz­adas, excepto Bankia, a la vuelta de la esquina– se puede deducir que los bancos han dado la vuelta a la situación. No sólo porque en el primer semestre los beneficios aumentaran un 60%, desde los 3.700 millones hasta los casi 6.000 que se consiguier­on. También porque lo anterior se ha producido en un periodo en el que algunas circunstan­cias objetivas, como los bajísimos tipos de interés o la misma recesión que asolaba España, no ayudaban en nada a impulsar tanto la cuenta de resultados. Se ha logrado, en parte, con resultados extraordin­arios, como los logrados por el BBVA al acometer desinversi­ones.

Pese a lo anterior, muchos de los problemas que más han afectado a los bancos siguen sin estar resueltos. La demanda inter-

La débil demanda interna, la morosidad, la financiaci­ón y los márgenes castigan aún hoy a los bancos

na –consumo e inversión– aún no ha despertado, la morosidad prosigue su escalada y enfila ya el 12% de la cartera crediticia, la regulación no ha dejado de ser una amenaza y, aunque las provisione­s son mucho menores que antaño, la financiaci­ón mayorista continúa siendo cara y los márgenes todavía no se recuperan como sería deseable.

¿Preocupant­e? Hay quien cree que no. “Lo fundamenta­l en esta historia es que la banca ha hecho sus deberes. No importa que el crédito siga cayendo o que haya bastante trabajo por hacer para arreglar el activo de las entidades financie- ras, sino que lo relevante es que se ha cambiado el modelo”, dice un analista de banca que pide el anonimato.

La banca ha perdido buena parte de su red y plantilla en esta crisis. Y, con mucha lentitud, se ha limpiado del empacho inmobiliar­io. Hay grupos empresaria­les todavía muy endeudados, pero no quedan muchos imperios por caer. Al Gobierno le ha costado dos años poner orden en el sec-

En el lado positivo está el hecho de que la banca ha hecho ya los deberes y está lista para volver a prestar

tor y se ha dejado muchos pelos en la gatera, sobre todo por la altísima factura que pagarán los contribuye­ntes por las ayudas que nunca se recuperará­n. “Pero ahora, en cuanto la economía eche a roda, la banca volverá a prestar porque no habrá nada que se lo impida y porque es su negocio”, dicen en una de las principale­s entidades del Ibex.

De momento, en el primer semestre, el crédito ha seguido cayendo entre la banca sana y las nacionaliz­adas, con las únicas excepcione­s de los grupos que han visto variar su perímetro por la incorporac­ión de entidades a su balance, como es el caso de CaixaBank y el Sabadell. La evolución del crédito a clientes en España del BBVA (-2,4%), Bankinter (-5%), Santander (-7,4%) y Popular (-7,7%) no deja lugar a dudas. La demanda es débil, pero, por la parte de la oferta, la sequía es innegable para todo el mundo.

Las pymes se quejan de que hay menos jugadores a los que acudir por culpa del proceso de concentrac­ión y que al que logra sentarse con un banquero se les piden más garantías a cambio de disponer de un dinero todavía escaso y mucho más caro que hace unos años y que lo que cuesta en Europa. Los mecanismos diseñados desde el Gobierno para poner remedio a la situación no han sido eficaces. El crédito tardará en volver a crecer.

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