El frescor de Bel Fullana
Le pregunto: ¿por qué el arte?, y me responde: ¡porque sí! Tiene desparpajo y gesto, pasión a ráfagas y tirón. Imbrica imágenes difusas y colores vivos, letras y collages, sobre un fondo blanco: tiene gusto plástico. Fabula y desconcierta; se distancia, pero necesita que la busquen. Ironiza y juega a establecer caminos que la lleven a donde viene. Porque sí, Fullana distorsiona y se reta, se retrata y grita en una urna de algas y niebla.
Cada agosto, traigo a estas páginas nombres de jóvenes valores de las artes plásticas, que apuntan maneras para llegar a ser. Muchos de ellos se han transformado en una realidad con presencia: Lidia Toga, José Carlos Naranjo, Díaz-Alamá, Cristina Gamón, Peño, Albano, Paricio, Tardez, Alex Marco… A los que uno, ahora, el nombre de Fullana.
Bel Fullana (Manacor, 1985) se ha licenciado en Bellas Artes en Barcelona y ha realizado el máster europeo en Creación Artística, ha participado en certámenes y ferias, colectivas y bienales, y en cuatro individuales en Baleares y Madrid.
Sus referentes de siempre son Bacon y Basquiat, “ahora me alucinan las obras de Paul McCarthy y Bjarne Melgaard”. Y todo lo que dice tiene mucho sentido, pareciera querer despistar, echar por un atajo, pero tira por el camino del medio y logra un sistema expresivo fresco, lúdico, épico, lírico, no exento de jirones de dolor. Es previsible, pero, ¡qué importa!
Sus dibujos insinuados, el desespero a flor de herida, una melo- día con sordina, vestigios que oculta y manifiesta, los colores vivos, los arrastres, la rabia, el realismo sucio lleno de poesía, como un poema abandonado de Heinrich Karl Bukowski, más conocido como Charles. En sus dibujos baila un ángel y una bruja, un canalla y una ninfa, hay peleas del vacío y la figura, broncas de música y algarabía, distancia y ganas de acercarse.
¡Ténganla en cuenta! Es joven y puede claudicar, pero entre tanto impacta, sugiere, expone con Louis 21 The Gallery y sus precios están entre 550 y 3.500 euros. ¡Una pintura que refresca, que espabila, que sacude, que gusta!