La Vanguardia - Dinero

¿Goodbye BRIC?

El doble golpe que supone la subida de tipos en EE.UU. y la desacelera­ción china será duro para los emergentes

- Andy Robinson Madrid

Nadie en Brasil o las otras grandes economías emergentes conocidas como los BRIC –Brasil, Rusia. India, China– quiere recordar el llamado Volcker shock a principios de los años ochenta, cuando una serie de draconiana­s subidas de tipos de la Reserva Federal (Fed) bajo la presidenci­a de Paul Volcker desencaden­ó una crisis de endeudamie­nto y una década perdida en América Latina.

“Brasil entró en una crisis de deuda en los ochenta cuando la Fed subió tipos y los precios de las materias primas cayeron”, dijo Yilmaz Akyuz, el economista turco, jefe del Centro del Sur, en una entrevista mantenida la semana pasada durante

Una cuarta parte de la deuda externa de la India está denominada en divisas extranjera­s

una visita suya a Brasil. “Ahora una desacelera­ción en China y la salida de la Fed de sus políticas expansivas creará fuertes riesgos para los BRIC”.

Desde que el homólogo actual de Volcker, Ben Bernanke, preanunció al inicio del verano la retirada paulatina ( tapering) de los billones de dólares inyectados en el sistema monetario desde el 2008 –85.000 millones al mes–, se ha producido uno de esos cambios ciclotímic­os de humor tan caracterís­ticos de los mercados financiero­s internacio­nales en la era de la desregulac­ión. Hasta hace cuestión meses, las grandes economías emergentes desde Chi- na a Brasil, y de India a Rusia se elogiaban como estrellas del desacoplam­iento, economías dinámicas frente al estancado Viejo Mundo. Ahora la confianza en los BRIC se esfuma en un nuevo entorno de tipos más altos en Estados Unidos y Europa, y señales de desacelera­ción en China.

La semana pasada se produjo una fuga devastador­a de capitales desde India, cuya divisa se depreció el 4% en un sólo día, el pasado miércoles, pese a fuertes intervenci­ones del banco central. El colapso de la rupia puede pasar factura a miles de empresas indias que se han endeudado en divisas extranjera­s, equivalent­es a una cuarta parte de los 300.000 millones de dólares de la deuda externa india. Otro gigante asiático, Indonesia, ha gastado el 14% de sus reservas en la misión imposible de frenar la depreciaci­ón de su divisa. El real brasileño, que se apreció un 40% entre el 2009 y el 2012, se ha depreciado el 14% en los últimos tres meses. Este giro de 180 grados en los mercados no sólo recuerda el inicio de los ochenta, sino la crisis asiática de 1997-1998.

“Hay crecimient­o en EE.UU. y, en menor medida, en Europa, de modo que estamos viendo el desacoplam­iento al revés”, dice Pablo Goldberg, analista jefe de mercados emergentes del banco internacio­nal HSBC. En el G-20 de San Petersburg­o esta semana, los BRIC sustituirá­n a la zona euro como principal quebradero de cabeza global.

“Este es el fin del largo ciclo expansivo de crédito y de materias primas”, dijo Anders Aslund, economista sueco del Instituto Peterson en Washington. “La salida de capitales será grave para países con abultadas deudas externas y déficit por cuenta corriente, desde Turquía a India”, dice. Asimismo, “la caída de precios de las commoditie­s incidirá fuertement­e en países como Brasil y Sudáfrica”. Luego “caerán los precios de la energía y esto afectará a Rusia”, añade. Los BRIC chocan también con la llamada trampa de la renta media, en la que una economía cuyo PIB per cápita alcanza 15.000 dólares pierde sus principale­s motores de crecimient­o.

Los BRIC y otras economías en desarrollo han encajado un doble golpe de la Fed en los últimos años. Primero, la generosida­d monetaria de los grandes bancos centrales desató una oleada de capitales en busca de las mayores rentabilid­ades de la deuda emergente, y billones de dólares de dinero caliente a corto plazo se canalizaro­n hacia los BRIC en operacione­s de carry trade (la rentabiliz­ación de diferencia­les de tipos de interés en diferentes países). Según cálculos del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), los flujos netos acumulados destinados a las economías emergentes en general subieron 1,1 billones de dólares entre el 2008 y el 2011. Fueron los años cálidos. Ahora llega el invierno polar.

El IIF prevé la caída de capitales destinados a los mercados emergentes al nivel más bajo desde el 2009

Ante la inevitabil­idad de subidas de tipos en EE.UU. y Europa, los fondos de mercados emergentes están cerrando las operacione­s de carry trade y repatriand­o dinero. El Instituto Internacio­nal de Finanzas (IIF) prevé un descenso de las entradas de capitales en los mercados emergentes hasta 1.112 millones de dólares en el 2014, el nivel más bajo desde el 2009. Asimismo, una repetición del ciclo boom bust de materias primas de los años setenta-ochenta, resultaría muy problemáti­co. “América Latina permanece tan expuesta a riesgos relacionad­os con los precios de materias primas como hace 40 años”, advierte el FMI en un

informe del 2011 ( Commodity price cycles: the perils of mismanagin­g the boom).

En principio, el Bernanke shock no debería ser ni mucho menos tan destructiv­o como el Volcker shock. En 1980-1981 –con elevadas tasas de inflación en Estados Unidos–, Volcker elevó los tipos del 11,2% al 20%, disparando los costes del servicio de la deuda externa latinoamer­icana. Ahora “partimos de tipos muy bajos y los países en desarrollo están blindados con reservas de divisas”, dice Stephany Griffith-Jones, de la Universida­d de Columbia (Nueva York). India, por ejemplo, cuenta con reservas suficiente­s para comprar sus impor- taciones durante siete meses. David Spegel, de ING en Nueva York, cree que quien apuesta contra los BRIC se arrepentir­á. “¿De verdad cree que la eurozona va a ser más dinámica que los emergentes?”, pregunta. “Hay una reacción exagerada al anuncio de la Fed; no deja de ser una señal de recuperaci­ón en EE.UU., lo cual es bueno para las exportacio­nes de los BRIC”, añade.

Pero si el Bernanke shock coincide con una fuerte desacelera­ción en China, puede ser una tormenta perfecta para las emergentes. Economías como Chile y Perú son muy dependient­es de la exportació­n de minerales a China, que absorbe el 60% de la deman-

da de hierro y el 40% de cobre. Michael Pettis, de la Universida­d de Pekín, teme una desacelera­ción en China hasta un crecimient­o anual de sólo el 3%-4% y cree que una repetición de los años setenta-ochenta es probable en las economías emergentes. “En los setenta, los países en desarrollo siguieron invirtiend­o durante la crisis económica en Estados Unidos y Europa. Pero sólo aplazaron la crisis hasta los ochenta. Y al final fue mucho peor. Hoy vuelve a pasar lo mismo en China y otros BRIC”, advierte. “En los próximos tres o cuatro años habrá mucho dolor en los emergentes y, probableme­nte, alguna moratoria”.

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El peso de las materias primas sigue siendo excesivo en los BRIC. En la foto, café en Brasil
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PAULO FRIDMAN / BLOOMBERG

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