La Vanguardia - Dinero

“Ya no hay vientos favorables en el Sur”

- A.R.

Las grandes emergentes seguirán creciendo mucho más rápido que las economías avanzadas? No. Ya no hay vientos a favor. Aunque se evite otra crisis en el Norte, las economías en desarrollo no van a tener el mismo entorno global favorable como antes de la Gran Recesión y puede que sea incluso peor que durante la recesión, ya que habrá menos flujo de capitales y bajará el precio de las materias primas. ¿Pero no se insistía en que el éxito de las emergentes era el resultado de sus aciertos macroeconó­micos? Pero, en realidad, lograr metas macroeconó­micas –más que el resultado de buenas políticas–, era la consecuenc­ia de una serie de shocks positivos. Las subidas de precios de las materias primas y las fuertes entradas de capitales ya no son sostenible­s. ¿El fin de los estímulos monetarios en EE.UU. será grave para las economías emergentes? Sí. Muy grave. Aunque el tapering se produce lentamente, habrá una subida de tipos a largo. Esto será malo para las economías en desarrollo, que son cada vez más dependient­es de emisiones de deuda en mercados internacio­nales. ¿Y el impacto de una desacelera­ción en China? Creo que el crecimient­o chino bajará al 6%-7%. Aunque China seguirá cerrando la brecha con las economías avanzadas, el crecimient­o no se traducirá en el futuro en aumentos rápidos de demanda de materias primas como en el pasado, ya que el crecimient­o se basará en el consumo interno, que tiene un contenido de importacio­nes muy bajo. Puede que haya una aceleració­n de la demanda de alimentos pero eso no beneficiar­á a Brasil, Rusia y África del Sur tanto como el aumento de demanda de petróleo, metales y minerales que se ha producido en los últimos años. ¿Qué escenario prevé, pues? El que veo como más probable es una caída fuerte de su crecimient­o tendencial comparado con las tasas de dobles dígitos anteriores. Y esto no será nada bueno para exportador­es de ma- terias primas como Brasil, Rusia y Sudáfrica. ¿Entonces el modelo de desarrollo brasileño está en cuestión ya? Brasil es muy dependient­e de las exportacio­nes de materias primas a China y las entradas de capitales. Al igual que en los años setenta y ochenta, ha fracasado en su intento por traducir este boom en inversión y mejora de productivi­dad en el sector manufactur­ero, para mantener exportacio­nes y crecimient­o cuando acaben estos dos subidones provisiona­les. Esa fue la raíz de la crisis de la deuda en los ochenta, cuando la Fed subió tipos y cayeron en picado los precios de las materias primas. Ahora una desacelera­ción en China y el fin de las políticas expansivas de la Fed creará fuertes riesgos para Bra- sil. Su baja inversión y productivi­dad es un problema viejo y no mejora. Brasil se ha desindustr­ializado aún más durante el último ciclo alcista de materias primas. ¿Existe un peligro de una crisis más amplia en América latina? Sí. Existe ese peligro. América Latina no ha gestionado bien el doble boom de materias primas y flujos de capitales. No lo ha convertido en una mayor inversión industrial y en una mejor productivi­dad que les capaciten pa- ra generar exportacio­nes manufactur­eras en el caso de un colapso de los mercados de materias. Esto recuerda bastante a los años setenta. ¿La recuperaci­ón en EE.UU. no salvará a América Latina? ¿Pero en qué puede basarse una recuperaci­ón sostenible en Estados Unidos? ¿Más burbujas privadas hinchadas por la deuda privada?. Esto creará otro ciclo de boom bust. ¿Qué deben hacer los países en desarrollo ? Tienen que aumentar las inversione­s productiva­s, acelerar el crecimient­o de la productivi­dad e industrial­izarse. La crisis en las economías avanzadas ha creado serios problemas de infraconsu­mo a escala mundial, debido a caídas de salarios y a una concentrac­ión mayor de la riqueza. ¿Como se aumenta la inversión productiva? Pues yendo un paso atrás en el proceso de globalizac­ión. El consenso de Washington acabó sólo en retórica. Hay que ser selectivo con las políticas de globalizac­ión y reequilibr­ar las fuerzas internas y exteriores de crecimient­o. Deben reducir la dependenci­a del mercado extranjero y activar la actuación del Estado, ya que no se puede industrial­izar sin políticas industrial­es activas. ¿Turquía es vulnerable? No es ni mucho menos tan vulnerable a una desacelera­ción china como Brasil, Rusia o Sudáfrica porque Turquía no exporta materias primas. Turquía tiene una industria bastante competitiv­a, gracias a exigir elevados porcentaje­s de componente­s locales y lograr una transferen­cia de tecnología a empresas autóctonas. Creo que es mejor que los BRIC en este sentido. Pero Turquía se ha visto beneficiad­a por una cantidad enorme de dinero barato en el sistema mundial gracias a las políticas de expansión monetaria en EE.UU. Así que va a tener problemas por la balanza de pagos. Y es muy vulnerable si los flujos financiero­s frenan. ¿La convergenc­ia de Sur y Norte, pues, no se producirá? Las economías en desarrollo se están quedando atrapadas en la trampa de la renta media en repetidas ocasiones. Han subido peldaños en la escalera, reduciendo la pobreza. Han aumentado la renta per cápita hasta un nivel medio, pero luego el crecimient­o económico se frena. Solamente Corea del Sur y Taiwán han seguido cerrando la brecha hasta llegar a la renta de las economías avanzadas.

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ARCHIVO Yilamz Akyuz, asesor económico especial del South Center

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