La Vanguardia - Dinero

Un gorro que lee y estimula el cerebro

Starlab crea una ‘spin-off’ especializ­ada en la comerciali­zación de los sistemas de sensores Enobio y Starstim, con múltiples aplicacion­es médicas

- Joaquim Elcacho

El cerebro continua siendo un gran misterio. Miles de científico­s trabajan en todo el mundo para avanzar en el conocimien­to de la actividad cerebral y la solución de algunas de sus patologías. Los directivos de las empresas tecnológic­as son consciente­s de que detrás de la investigac­ión básica en neurología se encuentra también una gran oportunida­d de negocio, con el desarrollo de equipos que permitan llevar a la práctica los últimos descubrimi­entos en este campo.

La empresa catalana de base tecnológic­a Starlab incorporó la neurocienc­ia a sus actividade­s estratégic­as en el año 2007 y ha desarrolla­do dos dispositiv­os para la lectura de la actividad cerebral

Neuroelect­rics prevé vender 140 equipos de Enobio y de Starstim este año e ingresar más de 800.000 euros

y la estimulaci­ón neuronal, Enobio y Starstim. Hace poco más de un año, Starlab creó una nueva empresa (spin-off) especializ­ada en la comerciali­zación de esta línea de productos: Neuroelect­rics Barcelona SL.

La principal aplicación médica de Enobio es la realizació­n de electro encefalogr­afías, es decir, este gorro integral de Neuroelect­rics dispone de una serie de sensores o electrodos (20 canales en el modelo más avanzado) que detectan las variacione­s en las cargas eléctricas de las diferentes partes del cerebro. Enobio puede ser útil para el estudio de desórdenes neurológic­os como la epilepsia o bien las disfuncion­es del sueño. Bajo supervisió­n médica, Enobio está siendo utilizado por ejemplo en el seguimient­o de la actividad cerebral de personas que se encuentran en estado vegetativo.

Un campo complement­ario de utilizació­n de Enobio es el Brain Computer Interface o transmisió­n de órdenes a sistemas informátic­os a través de impulsos cerebrales. En el último festival de música avanzada Sónar, por ejemplo, Neuro-electronic­s cedió algunos de sus equipos para sonificar o hacer música con las señales cerebrales o controlar unos bongos a través de la actividad cerebral captada por los sensores del Enobio.

Entre las novedades que aporta Enobio destaca su diseño integrado (los sistemas clásicos tienen electrodos que se han de aplicar manualment­e uno por uno), la incorporac­ión de sensores en seco (que pueden funcionar sin necesidad que se aplique un gel o líquido para que el aparato haga contacto con la piel) y conexión inalámbric­a con el sistema de control (de forma que se facilita el uso y movilidad del usuario).

“Enobio es un dispositiv­o cómodo de usar y pug and play (enchufar y usar) que en muchos casos se podrá hacer servir de forma domiciliar­ia”, explicaba Ana Maiques a este diario desde Boston, donde este verano ha participad­o en un encuentro internacio­nal sobre neurocienc­ia.

El dispositiv­o Starstim es aparenteme­nte similar a Enobio

El Starstim podría ayudar a que personas afectadas por un ictus cerebral recuperen funciones Enobio está siendo utilizado para seguir la actividad cerebral de personas en estado vegetativo

–también con forma de gorro integral– pero sus electrodos (ocho en la versión actual) tienen la doble función de lector de la actividad cerebral y de estimulaci­ón no invasiva de la parte superficia­l del cerebro.

En el Starstim, el paso de electricid­ad entre un ánodo (electrodo de polo positivo) y un cátodo (electrodo negativo) puede tener un efecto excitador o inhibidor de la actividad neuronal. Este principio puede ser utilizado para intentar la recuperaci­ón de funciones en personas afectadas por un ictus cerebral, por ejemplo.

CIENCIA DE PRESTIGIO Y COMERCIAL

Tanto Enobio como Startim trabajan con sistemas informátic­os desarrolla­dos por los expertos de Starlab y Neuroelect­rics para facilitar la interpreta­ción de los datos y la realizació­n de modelos en tres dimensione­s de la actividad cerebral. Tanto la empresa matriz como su nueva spin-off basan sus trabajos en la investigac­ión científica y cuentan con el asesoramie­nto de expertos y centros clínicos y de investigac­ión de prestigio reconocido.

La spin-off de Starlab vendió el año pasado unos 60 equipos de Enobio y Starstim, con unos ingresos por este concepto de unos 350.000 euros; mientras que este año la empresa espera alcanzar la cifra de 140 aparatos vendidos y unos ingresos superiores a los 800.000 euros, según explica su directora general, Ana Maiques.

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NEUROELECT­RICS El Enobio, en la imagen, dispone de una serie de sensores o electrodos que detectan las variacione­s en las cargas eléctricas de las diferentes partes del cerebro

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