Otros tiempos y otros lugares
La Canción de los poetas, de Bertolt Brecht, incluye versos que en el contexto español parecen actuales: “Dicen que ya no se compran cuadros. Y eso que las pinturas / siempre fueron muy buscadas. ¿Y ahora al desván? / ¿Qué hay contra nosotros? ¿Por qué no nos pagáis más? / Si vuestras fortunas son cada día más grandes y seguras”.
Muchos galeristas catalanes de arte actual reconocen que sobreviven gracias a lo que compran los coleccionistas extranje- ros. La burguesía local no ejerce el mecenazgo como lo hacían las generaciones anteriores, en parte porque falta una buena ley de mecenazgo y sobra hostilidad fiscal contra el coleccionismo de arte. La imagen del inspector de Hacienda entrando en las casas particulares para tasar y gravar incluso las modestas colecciones de minerales es una amenaza proferida durante el gobierno de Felipe González que recuerdan todavía muchos coleccionistas españoles.
Cabe recordar que sin el mecenazgo de familias como Güell o Lamadrid hoy no existiría la arquitectura de Gaudí, motivo de orgullo, atracción turística y abundante fuente de ingresos para la capital catalana. Los políticos catalanes y españoles más anticulturales y cortoplacistas, que sólo valoran lo contable en euros, deberían tomar nota de ello.