La última genialidad de Bombelli
La racionalidad y elegancia del arquitecto impregnan la rehabilitación de esta casa de pueblo
La racionalidad y la elegancia características del estilo arquitectónico del italiano Lamfranco Bombelli (1921-2008) quedan reflejadas en la rehabilitación de esta casa de pueblo realizada al final de su trayectoria profesional.
Situada en un punto privilegiado del parque natural de Cap de Creus, entre el monasterio de Sant Pere de Rodes y Port de la Selva, la vivienda forma parte del pequeño núcleo de casas que, alienadas alrededor de cuatro calles estrechas y empinadas, componen el pueblo de La Vall de Santa Creu. Hace cinco años, antes del boom inmobiliario, cuando el valle estaba aún casi deshabitado, un conocido escultor y pintor catalán descubrió aquí una casa en ruinas y la compró con el propósito de rehabilitarla para que confluyeran en ella su segunda vivienda y un pequeño taller de trabajo.
El arquitecto Lamfranco Bombelli, a la sazón con 84 años, aceptó con agrado el proyecto por la estrecha amistad que le unía al propietario y, fiel a sus principios, aprovechó los cuatro puntos de referencia que conservaba la casa –su perímetro, la escalera, la pared de la cocina y la antigua llar de foc– para construir una nueva vivienda basada en el respecto por el entorno, la búsqueda de los volúmenes perfectos y el cuidado exquisito por los detalles.
La construcción, de apariencia sencilla, mantiene el aspecto exterior típico de las casas rurales pirenaicas, con muros de piedra seca, pequeñas oberturas y una mínima terraza cubierta en la fachada que mira a la montaña, apenas perceptible desde la calle, para disfrutar del silencio del valle y de las magníficas vistas del monasterio.
Tras este contorno austero, se esconde un interior confortable y diseñado al milímetro que, en respuesta a los deseos de los dueños, se organiza mediante dos puertas de entrada abiertas a dos distintos espacios de la zona de día y que, debido al pequeño desnivel del terreno, se hallan en planos diferentes pero visualmente conectados. Arriba, el estudio con la mesa en el centro, alumbrada con luz natural por dos claraboyas cenitales, el salón con chimenea de hierro y un aseo. Abajo, la cocina abierta al comedor y al fondo, otra sa- la de estar creada socavando la roca donde estaba la antigua llar de foc, presidida ahora por la típica chimenea de plancha de hierro que diseñaron Bombelli y su socio, el arquitecto Peter Harnden.
La escalera, con barandilla de acero inoxidable, se transforma en una pasarela de madera de iroko que aloja la biblioteca y vuela sobre el estudio, convirtiéndose en un elemento horizontal que conecta los dos niveles de la casa.
Lamfranco Bombelli, a la sazón con 84 años, aceptó con agrado el proyecto para su amigo
En el piso alto, tres dormitorios con sus correspondientes cuartos de baño, el principal con salida a la pequeña terraza cubierta. Los techos de bovedillas, el suelo de toba catalana, el mobiliario integrado y las tapicerías claras, quedan en un segundo plano para dejar el protagonismo a las obras de arte que adornan, sin excesos, la casa.