Una cabra con ruedas
Una firma de Sant Vicenç de Montalt restaura 4x4 militares austriacos de los cincuenta para uso civil
Este vehículo todo terreno apenas tiene dificultades para superar cualquier escollo que se le ponga por delante. El único pero reside en el conductor. Ha de tener mucha pericia de manejo para salvar pronunciadas pendientes y vados, además de mucho valor y un punto de locura para afrontarlos. Vaya, que el 4x4 no se achanta ante casi nada; lo difícil es seguirlo. Para rutas en terrenos abruptos, pero no escarpados, el paseo ya es mucho más tranquilo para la mayoría de las personas.
Se denomina Stery-Puch Haflinger 700 AP –en adelante lo vamos a dejar en Haflinger– y se empezó a fabricar en Austria en 1959 para uso militar y civil (agricultura, ganadería, turismo y ocio en general) Entre el citado año y 1974, se llegaron a producir 16.759 unidades del Haflinger, de las que se exportaron 4.000 a Suiza y otras 1.000 repartidas por Inglaterra, Alemania, Italia e Indonesia. En España, se vendieron tan sólo 12 vehículos.
El Haflinger nació como fruto de la unión de la firmas austriacas Stery y Puch. Esta inició sus pasos como fabricante de bicicletas, luego de motocicletas y, finalmente, de coches y camiones. Stery-Puch y Puch, en solitario, continuaron con esta actividad durante lustros hasta caer en manos en 1998 de Magna Inc, multinacional canadiense dedicada al diseño y fabricación de soluciones para el automóvil.
Hace un año, en la tranquila población de Sant Vicenç de Montalt, el experto mecánico Josep Franquesa y el ingeniero industrial Bernat Casals crearon la empresa 4x4 Clásicos.
Se centra en importar 4x4 Haflinger, en sus versiones militar y civil, y después restaurarlos en una nave industrial de la mencio- nada localidad. La mayoría de los vehículos proceden de Suiza, ya que su ejército tuvo la precaución, tras adquirir los 4.000 vehículos, de abastecerse de miles de piezas de recambio, lo que facilita la restauración del Haflinger.
“Cuando llega un vehículo, lo desmontamos entero y repone- mos las piezas deterioradas con otras nuevas”, explican Franquesa y Casals. “Después pulimos la chapa inyectando un chorro de arena para acabar con cualquier indicio de óxido. Finalmente, se pinta con el color que desea el cliente, que se decanta habitualmente por el verde oliva y el arena desierto”.
El coste de un Haflinger en su versión militar, 15 cm más corta que la civil, es de 15.000 euros para un vehículo sin restaurar y de 20.000 para un restaurado.
Un breve repaso por la ficha técnica del Haflinger indica que está propulsado por un motor trasero de cuatro tiempos, de dos cilindros opuestos y refrigerado por aire. Con una cilindrada de 643cc, alcanza una potencia de 24 CV a 4.500 vueltas. La suspensión independiente en las cuatro ruedas y la transmisión directa a las mismas, mediante un revolucionario sistema, le permite superar pendientes del 65%, pese a carecer de reductora.
La empresa del Maresme aspira a vender unos doce Haflinger en el 2014. No conforme con ello, está construyendo un vehículo propio partiendo del 700 AP. Lo denomina 706 y llevará seis ruedas. Ahora andan ocupados cortando ejes de transmisión y fabricando un nuevo diferencial. Será presentado en diciembre en Barcelona en el Salón Autoretro.