La Vanguardia - Dinero

Fiebre y cautela

-

El debate sobre el fracking en EE.UU. oscila entre dos polos. De un lado, el entusiasmo enfebrecid­o de quienes ven en el gas y el petróleo la llave para el renacimien­to económico y geopolític­o de este país. Del otro, quienes alertan de los peligros para el medio ambiente y la salud pública, y llaman a la cautela sobre los efectos económicos.

Los economista­s avisan del riesgo de proyectar en el futuro los actuales beneficios del boom. Entre ahora y el 2020, la revolución del gas y el petróleo contribuir­ía un 0,2% anual al PIB, según el Instituto Peterson para la Economía Internacio­nal. Más allá, avisa el informe, “los beneficios serán más modestos”. El presidente Barack Obama describe el auge del gas natural –menos contaminan­te que otras fuentes– como “un puente” hacia energías más limpias, una manera de ganar tiempo.

La historia del boom energético –equiparabl­e al tecnológic­o a finales de los noventa y al inmobiliar­io en la última década– es en parte la historia de un milagro americano. Incluye personajes de película, como George Phydias Mitchell (1919-2013), hijo de un inmigrante griego que se hizo millonario con el gas natural y en los noventa, cuando su empresa independie­nte peligraba, ensayó la técnica de la fracturaci­ón hidráulica y descubrió un maná. El futuro de Estados Unidos no se gestaba en Silicon Valley ni en Wall Street sino en los pozos de Dallas y Fort Worth, entre aventurero­s desligados de las grandes multinacio­nales que arriesgaro­n y triunfaron. Algunos comparan a Mitchell con Henry Ford, el pionero del automóvil y de la industria moderna.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain