“Nuestro consejo es que mantengan sus inversiones lejos de los emergentes”
Christophe Donay deja al margen las cuestiones relativas al secreto bancario suizo para concentrarse en los movimientos tectónicos de la macroeconomía mundial. Donay es estratega de mercados de Pictet, el mayor banco no cotizado helvético, un clásico fundado hace ya 209 años que gestiona 320.000 millones de euros y goza de las calificaciones Aa3 de Moody’s y AA- de Fitch. Barcelona se extiende a los pies de la oficina que acoge la charla, una planta alta acristalada en un día primaveral. Donay es consciente de que el último referéndum suizo compromete la situación del país: incluye el cierre de fronteras a los países vecinos. “Suiza no está en la eurozona, pero en buena medida depende de sus exportaciones a los vecinos. Para nosotros, el impacto de tensión potencial puede ser realmente dramático”, opina.
¿Qué debemos esperar de los parquets en este año? Evidentemente, dependen de los datos macroeconómicos. Y uno de esos datos nos indica que Estados Unidos está registrando una aceleración en la base de crecimiento, desde el 2% del 2013 al 3% del 2014: crece su consumo y su inversión y se está diluyendo el impacto del tapering (la retirada de estímulos financieros por parte de la Reserva Federal).
Estados Unidos está siendo el prime-
ro en salir de la crisis... Detrás va Europa. En su caso, esperamos un ligero crecimiento, no muy fuerte, sobre todo en España y Portugal.
¿Sólo España y Portugal? Francia e Italia no están en la misma situación. En la eurozona, nosotros vemos varios grupos de análisis.
¿Norte, centro y periféricos? En la eurozona, la alta competitividad está en Alemania, Luxemburgo y Austria.
¿Y Holanda? No se encuentra a ese nivel. Luego viene otro grupo, también competitivo, pero de menor crecimiento: España, Portugal, Irlanda y, más lejos, Grecia.
Desde Suiza, en la actualidad vemos a España en una situación económica mucho mejor que la de Italia o Francia”
¿Y a cola? Con menos competitividad y con menos crecimiento están Italia y Francia.
¿Qué les pasa? Mientras España se ha enfrascado en un buen abanico de reestructuraciones, franceses e italianos no están haciendo nada hasta este momento.
En Suiza, ¿ven bien a España? ¡Su tasa de paro sigue desbocada! Vemos que España está acelerando, y que su tasa de crecimiento ya ha salido de la recesión y está tocando el 0%. A través de su mejora en la competitividad y las exportaciones, las cosas están corrigiéndose. También influye la caída de los salarios. España se está esforzando mucho más que Francia e Italia.
¿Cómo invertiría en España? Nos interesa su mercado de equities (la renta variable, el Ibex), que va a crecer más que las bolsas de sus vecinos, pero también el mercado inmobiliario. Está realmente barato, con grandes descuentos.
¿Y qué hay de los emergentes? Cada uno de ellos es diferente. Y hay que distinguir entre aquellos que tienen problemas estructurales inmediatos y el resto. India, Indonesia, Sudáfrica o Turquía tienen esos problemas estructurales, por ejemplo en forma de déficits de cuenta corriente.
¿Y China? Igual que Brasil, podría tener algunos problemas, pero no necesariamente de inmediato. Si esos problemas llegaran, su afectación sí que podría convulsionar el mundo. La afectación de los periféricos emergentes en el ámbito global es menor.
¿No interpreta riesgos en China en este momento? Las autoridades chinas parecen preocupadas por el problema de la globalización y han adoptado políticas para parar determinadas actitudes, como el endurecimiento de la deuda, una circunstancia que sí podría desembocar en un shock financiero en China y, por extensión, en el mundo.
¿Hay que desinvertirse en los países emergentes ahora? Nuestro consejo es quedarse lejos de las inversiones emergentes en general. Sólo conviene cierta exposición marginal en bonos corporativos.
¿Y dónde hay que centrarse? Vaticinamos crecimientos impor- tantes, de dos dígitos, para la renta variable europea y para la de Estados Unidos. Pero todo ello con sus reservas: la economía global es muy compleja. ¿Conoce la teoría de las tres grandes D?
¿...? Las tres grandes D son las tres grandes divergencias: en el mercado se producen tendencias que avanzan en sentidos opuestos. La primera tiene que ver con Estados Unidos: es la gran desmonetización. El tapering de la Fed es un proceso muy largo y no se normalizará hasta dentro de uno o dos años. La divergencia está en el hecho de que la Fed va retirando ayudas conforme la economía del país mejora.
¿Y la divergencia europea? Los gobiernos acumulan cada año más deuda, mientras decrece la posibilidad de financiarse. Al final, eso te lleva a quebrar. La mayoría de países europeos están atrapados en esta divergencia, salvo Alemania, Austria y Luxemburgo.
Quedan los emergentes, de nuevo. La gran dinámica. China la tiene. Entre 1995 y el 2007, su promedio de crecimiento fue del 12%. Luego cayó, y ya no volverá a aquellos números. Tiene que adaptarse a esa desaceleración, y además tiene otro contratiempo: su sistema exportador ha decrecido a consecuencia de la crisis. Ha pasado a una fase de demanda interna, el gran reto de las autoridades chinas. Si se acomoda, podría entrar en una nueva fase de crecimiento, próxima al 7% actual. Pero no estamos seguros de que lo logre sin sufrir una crisis, similar a la de los cuatro tigres asiáticos en los años noventa. Pero hay más problemas.
¿Cuáles? Las políticas monetarias de los bancos centrales están desincronizadas. Mientras la Fed reduce las ayudas, Indonesia produce dinero. Ahí hay un gran choque. Eso está creando grandes líos en los mercados, y provocando volatilidades. La intervención de la Fed es buena para los parquets, porque mantendrá baja la volatilidad. Pero la desincronización podría herir a esos mercados.
¿De qué manera? En realidad, la volatilidad actual es muy baja. Se encuentra a niveles próximos a los años anteriores a la crisis. Sólo la pueden disparar episodios excepcionales, como lo que ha ocurrido en las últimas semanas con el peso argentino. En esos casos, hay picos.