Empresas en busca de capital
He leído en varios sitios en los últimos días que el 2014 será un año perfecto para salir a bolsa en busca de financiación. Demanda, potencial demanda, hay. Aunque me siento algo confuso ante la euforia (¿se puede llamar de otra forma?) de los últimos meses por el riesgo España frente al pánico (lo fue, sin duda, pánico irracional) de un año y medio atrás. Así son los mercados. Y de esta forma debe matizarse su cambio de 180 grados en este periodo.
Sí, estoy de acuerdo en que este puede ser un buen ejercicio para retomar las salidas en la bolsa española tras la sequía de los últimos dos años. Pero no estoy de acuerdo en considerarla una vía de financiación: se trata en última instancia de reforzar los recursos propios, aflorar beneficios para los actuales propietarios o simplemente reducir deuda acumulada. Pienso en OPV, también de empresas públicas, así como emisiones de convertibles y de canjeables. Al final, que la posible salida a bolsa se encuadre en el proceso de ajuste en el que está inmersa la economía española. También debe verlo de esta forma el potencial comprador de las nuevas acciones. Huir de beneficios cortoplacistas para enfocarse en el valor a medio plazo de las compañías.
Considerar que este año es adecuado para las salidas a bolsa no significa que espere un elevado número de colocaciones a muy corto plazo. De hecho, lo contrario me produciría una cierta inquietud. Sinceramente, creo que buena parte del interés por la bolsa española (y de la europea) en estos momentos es especulativa.
Estoy de acuerdo en que este puede ser un buen año para retomar las salidas en la bolsa, pero no en considerarla una vía de financiación”
Entiéndanme bien: la especulación y la bolsa, realmente los mercados financieros, están íntimamente relacionados. Pero, lo que hace el comportamiento al alza reciente del mercado más arriesgado es precisamente la velocidad e intensidad de la subida en un entorno doméstico e internacional muy complicado. No es positivo en este escenario forzar la oferta de nuevo papel, ante el riesgo de que conlleve más inestabilidad que ponga en cuestión la solidez actual del mercado (y de la incipiente recuperación económica). Además, especialmente en el caso de la empresa mediana, la mejora que observamos en las condiciones de financiación favorece la decisión de esperar a que el mercado se consolide y lleve a una demanda final más estable. En el caso de la pequeña empresa, no creo que la bolsa sea la solución a sus problemas de financiación, como dije anteriormente. Y esto se puede entender también a nivel europeo considerando el aún elevado nivel de intermediación bancaria de la financiación a las pymes en la zona.
¿Por qué puede ser el 2014 un buen ejercicio para las emisiones de capital? Mucho interés inversor, doméstico e internacional, tendencia alcista del mercado y mejora en las perspectivas económicas. Mucha liquidez en las carteras, en un entorno de escasas alternativas de rentabilidad. Pero, naturalmente, también la valoración positiva por parte del inversor internacional de la estabilidad y fortaleza del euro, el soporte implícito que otorga a la mejora del mercado el Banco Central Europeo y la propia estabilidad política en España.
¿Y por qué este año? No es sólo en el caso de la bolsa española. Así, en los últimos años hemos asistido a una aceleración en el proceso de estrechamiento del tamaño de las bolsas mundiales presionadas por el fuerte crecimiento de los mercados de renta fija, especialmente pública. Llevado a extremo podríamos hablar
El actual comportamiento al alza de la bolsa es arriesgado, y ante tal escenario no es positivo forzar la oferta de nuevo papel”
de crowding out de la financiación privada por la pública. Aunque como dije al principio me resisto a considerar las salidas a bolsa como una mera cuestión de financiación. Pero la financiación es importante. Y las empresas la han buscado en los últimos años emitiendo papel de renta fija y especialmente mediante la utilización de resultados no distribuidos. La autofinanciación, cuando no los buyback, se han convertido en algo habitual a nivel mundial en los últimos años. Esto ha favorecido que se acentúe la contracción de las bolsas mundiales ( de-equitization) al que ya veníamos asistiendo de forma persistente antes de la crisis. La crisis actual, que yo no considero aún superada, tuvo su caldo de cultivo en los mercados de crédito, pero han sido las bolsas de valores uno de los mercados más castigados. Hasta ahora.
El Ibex acumula una subida del 70% desde su nivel más bajo en septiembre del 2012. Y se aprecia un 30% desde el verano pasado. ¿Suficientes argumentos para replantearse la salida al parquet? Demanda hay, sin duda, como todos los que trabajamos en el mercado sentimos todos los días. Pero, ¿es una demanda sostenida? En mi opinión, no está del todo claro. El crecimiento económico sigue siendo titubeante, lo que añade incertidumbre sobre el comportamiento a corto plazo de los ingresos (y de los beneficios). De hecho, muchos inversores ven la bolsa ahora como una oportunidad de conseguir rentabilidades atractivas en un mundo de tipos de interés casi nulos. ¿Estrategia de inversión de largo plazo? No parece muy sólida, según todo esto. Pero esto no significa que yo mismo no espere que las bolsas sigan subiendo, tras superar estos primeros meses de indefinición y correcciones ¿Y a medio plazo? Veremos. Y en este punto debemos considerar también la necesidad de que las autoridades, españolas y europeas, faciliten los ajustes pendientes entre los que se incluyen la propia integración europea.
De hecho, observo con cierta inquietud que pese al optimismo económico a nivel mundial los procesos de M&A siguen siendo una importante asignatura pendiente en la reestructuración de sectores económicos a nivel internacional. Casos como la compra de Facebook por WhatsApp son puntuales, pese a lo impresionante de la cifra pagada. La búsqueda de sinergias, cuando no el aumento de tamaño y reducción de gastos, no parecen ser suficientes para que se recuperen con fuerza las operaciones corporativas. Lo harán sin duda en el futuro cercano. Como también revitalizará con ello a unos mercados de valores donde los precios en estos momentos siguen demasiados ajustados a su valor. Demasiado dinero a corto plazo desde los bancos centrales y demasiada incertidumbre a medio y largo plazo que actúa de obstáculo para recuperación importante de la inversión empresarial. Quizás pido demasiado en tan poco tiempo.