Entre el coste del barril marginal y el objetivo de producción
En el texto principal hemos analizado la cantidad de diversos tipos de recursos y el rango de precios bajo los cuales su producción resulta hoy en día comercialmente viable en diversas partes del mundo. Sin embargo, parece evidente que en la práctica no todos los recursos serán producidos bajo las condiciones imperantes en la actualidad y que, como los costes varían en el tiempo, los precios que hoy hacen viable la explotación de un determinado recurso pueden no ser los adecuados para operar dentro de un tiempo.
Para intentar obtener una idea mas dinámica de la evolución de los costes, la AIE ha desarrollado un modelo (World Energy Model o WEM) que tiene en cuenta tres factores, los cuales no necesariamente operan en la misma dirección: 1) el grado de agotamiento de los diferentes tipos de recursos en cada país, 2) el aprendizaje tecnológico, y 3) la inflación especifica de la industria petrolera (un aumento de los precios del petróleo se traduce en un incremento de la actividad y esta, a su vez, en un aumento de los costes operativos y de capital).
La aplicación del modelo WEM a diferentes países y regiones, para diversos momentos y para diferentes tipos de petróleo, conduce a la elaboración de una serie de curvas de costes como la que se presenta en el gráfico adjunto referida al conjunto de países que son ajenos a la OPEP. En el mismo puede observarse que si dichos países cumplieran los objetivos previstos por la AIE, alcanzando entre 2013 y 2035 una producción acumulada de 0,3 x 1012 barriles, el coste de producción del barril marginal se situaría en una franja entre los 80 y los 90 dólares. Un rango que podría llegar a descender incluso hasta los 50 dólares si, con el objetivo de alcanzar una producción global acumulada de 0,64 x 1012 barriles de aquí a 2035, en el análisis integraremos también al conjunto de productores de la OPEP.
La rebaja comentada obedece a que el petróleo low-cost se localiza precisamente en los países de la OPEP. Sin embargo, el mercado del petróleo es un mercado marginalista, es decir, que el precio toma como base los costes de producción más altos necesarios para cubrir los objetivos de producción. En este sentido, si el mundo no reduce la demanda, por las buenas (mediante una mejor eficiencia) o por las malas (a través de la recesión), el suelo del precio del barril debe situarse en algún punto de la franja de los 80 y 90 dólares (de 2012).