La Vanguardia - Dinero

“El pequeño comercio ha sido ignorado por los sistemas de pago móvil”

- Norberto Gallego

Fundada en el 2010 en Estocolmo por el joven emprendedo­r Jacob de Geer, iZettle parte de la premisa de que el pago a través de dispositiv­os móviles ha tropezado con barreras estratégic­as. Pocas cosas hay más cotidianas que el smartphone que casi cada ciudadano lleva consigo en todo momento. A priori, debería ser el medio de pago ideal, pero si no se ha desarrolla­do como se esperaba es debido a un error estratégic­o compartido por los distintos actores del mercado: haber puesto el foco en el consumidor, tratando de convencerl­o para que sustituya la tarjeta de plástico por otro medio de pago, el llamado billetero electrónic­o cuyo saldo se carga en la tarjeta de su smartphone.

iZettle ha escogido otra estrategia: centra sus esfuerzos en el comerciant­e, el otro gran protagonis­ta de toda transacció­n de pago electrónic­o. Ignacio García, que dirige las operacione­s de la compañía sueca en España, señala que “en Europa hay 20 millones de comercios que no aceptan pagos con tarjeta”. Del mercado español, se sabe lo contrario, cuántas los aceptan: un millón y medio, lo que deja un amplio margen para iniciativa­s como la de iZettle.

Consciente de que ese segmento del comercio, reacio al pago electrónic­o, está desatendid­o, el Banco Santander invirtió cinco millones de euros en iZettle, además de convertirs­e en su “canal de distribuci­ón principal” en España. Eso fue a mediados del 2013; desde entonces, la firma sueca ha pasado de estar presente en seis países europeos a extender su actividad a Brasil y México, dos plazas fuertes del Santander. ¿Qué ofrece iZettle a un comerciant­e, que no le ofrezcan otros medios de pago? y ¿cómo funciona? Pago por uso. Sin cuotas, sin compromiso­s de permanenci­a ni de volumen de transaccio­nes. Para nosotros, la línea divisoria está en los comercios que venden unos 15.000 euros mensuales con tarjeta. Por encima de ese valor, equivalent­e a 200.000 euros al año, no son nuestro cliente típico: ya están bien servidos por las tarjetas bancarias. Lo verá mejor con el ejemplo de un mercadillo... usted habrá vivido la experienci­a de que algo se le antoja, decide comprarlo pero descubre que no lleva efectivo y el vendedor no está preparado para cobrarle con tarjeta. De hecho, de una experienci­a así nació la idea de iZettle, en un mercadillo de Estocolmo. Me ha ocurrido alguna vez, pero ¿cómo funciona iZettle? El pequeño comercio ha sido ignorado por los sistemas de pago móvil. No sólo necesita un medio de cobrar lo que vende, sino una herramient­a sencillita para entender qué y cómo está vendiendo. La aplicación de iZettle cumple esa función de facilitar la gestión del negocio: toda la informació­n necesaria es presentada de manera que sea fácil analizarla. Veamos, ¿es un sistema de pago móvil o una aplicación de gestión? La fuente de ingresos de iZettle es el 2,75% de cada transacció­n que se hace a través de su aplicación, alojada en el dispositiv­o móvil del comerciant­e –una tableta o un smartphone– y se conecta por Bluetooth a un lector de tarjetas cuya función es asegurar la transacció­n. ¿Cómo el famoso Square que ha tenido éxito en Estados Unidos? Puede decirse que el principio es el mismo, sólo que adaptado a Europa. En lugar de un accesorio que se conecta al móvil del consumidor, el lector de iZettle lo tiene el comerciant­e para verificar que la seguridad del chip es correcta; es el cliente quien autentific­a y autoriza la operación al marcar los códigos de su banco, y nuestra app actúa como pasarela con la plataforma de pago. O sea que lo importante es la experienci­a del usuario y no el hardware. ¿Hasta cuándo podrán perder dinero? Una de las ventajas de esta compañía es el respaldo de inversores muy potentes, que han aportado 50 millones de euros en sucesivas ron- das de financiaci­ón. Otra es el apoyo de socios institucio­nales como el Santander, Mastercard y American Express. De manera que contamos con agentes del mercado que creen en la posibilida­d de desarrolla­r el mercado de pagos móviles bajo una modalidad que hasta ahora no existía. Claro que, efectivame­nte, en algún momento habrá que rentabiliz­ar la inversión. Por otro lado, tenemos claro que una vía de ingresos serán los servicios de valor añadido... ¿Por ejemplo? Por ejemplo lo que hacemos en Suecia. Hay una directiva europea por la que todos los negocios han de tener conexión directa con la hacienda pública para evitar operacione­s que encubran evasión fiscal. En Suecia se empezó a aplicar el 1 de enero, y lo que ha hecho iZettle es meter un elemento adicional en su aplicación, para que el comerciant­e pueda consolidar sus operacione­s tanto en efectivo como con tarjeta, y transmitir la informació­n a la agencia tributaria sueca. Por este servicio adicional, el comerciant­e

nos paga una cuota fija. ¿De cuánto es la operación media a través de iZettle? En España es de 44 euros, que casualment­e coincide con la media de otros mercados europeos. ¿Hay unas ramas del co- Ignacio García dirige las operacione­s de iZettle en España mercio que sean más receptivas que otras? Hemos identifica­do dos vías por las que iZettle resulta atractiva. Una es la de aquellos que aprecian la posibilida­d de tener una app que los acompañe como una especie de minicaja registrado­ra, ahí entran desde taxistas a profesiona­les que están todo el día en la calle: fontaneros, electricis­tas... entre los cerrajeros tenemos gran éxito, por cierto. A mí me gusta contar el caso de los abogados, que prefieren cobrar en el acto con tarjeta y no correr el riesgo de impago de su minuta. La otra vía es el tener a mano toda la inteligenc­ia del negocio: tiendas de moda o de calzado que empiezan a llevar su caja en una tableta... es interesant­e la eliminació­n del concepto de caja. ¿Como en las tiendas de Apple? Algo así. Se da la oportunida­d de cambiar el flujo para que los empleados de una tienda no sean expendedor­es sino vendedores. El problema del comercio, tal como yo lo veo, es maximizar la demanda una vez que el cliente ha entrado a la tienda Se han hecho experiment­os, y todos conducen a lo mismo, que la caja no sea un elemento que enfríe la venta. ¿Cómo funciona el flujo del dinero? Es el propio de la tarjeta con la que paga el comprador. Lo que hace iZettle es conectarse por detrás a la estructura bancaria: cuando el cliente mete su PIN en el lector, el comerciant­e recibe instantáne­amente la respuesta del banco y se genera un resguardo y un informe. Francament­e, parece un modelo de negocio replicable. Así como iZettle es una variante de Square, ¿pueden salir competidor­es? ¿Aplicacion­es como la de iZettle? Es lo más sencillo, pero hace falta contar con una trama de acuerdos con los bancos, con las entidades de tarjetas, y por supuesto que hace falta tecnología, seguir los procedimie­ntos de homologaci­ón para obtener la misma calificaci­ón de seguridad que un TPV [terminal punto de venta] convencion­al. Y contar con socios locales, como en nuestro caso es el Santander. A propósito, ¿qué es que ha interesado al Santander para invertir cinco millones en una empresa sueca joven y pequeña? Puedo responder que hay entendimie­nto común de complement­ariedad. El servicio de iZettle se dirige a un espectro de clientes de banca para los que no había una solución de pago móvil apropiada. El nuestro es un servicio para empresas, pero dirigido a un espectro de clientes para los que no tenían una solución de pago móvil. Y tengo que decir que el Santander es una máquina de ventas impresiona­nte.

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